Cécile respiró hondo mirando la luna de este mundo.
Era grande y llamativa… Dar la sensación de que era capaz de moverse y tener decenas de ojos sin duda sería llamado 'llamativo'.
Varios de esos ojos estaban abiertos, pero había otros pocos que estaban cerrados.
La estaban mirando y Cécile no podía evitar tener un poco de miedo, pero no lo demostró y ahora fue ella quien dejo ver una emoción, que seguramente le causaría extrañeza a esa entidad.
"Verdaderamente lamentable. Ustedes si tienen malos creyentes." Murmuró Cécile con un tono lamentable.
Norak había vuelto al fuerte para avisar que fue atacado de repente y solo él pudo escapar, su objetivo era vigilar a Svenak y a los miembros de la expedición capturados.
También verificar la 'resistencia' que estaban entre los miembros de los Tartak.
La raza Tartak estaba dividida internamente, pero Svenak y su gente eran los que prevalecían y quienes tenían todo el poder.
Norak con su gente solo pod��a ocultarse, al ser una minoría.
La razón de esa división fue la religión, específicamente las deidades que adoraban.
Este mundo se había enfrentado al 'Caos' y si bien los Tartak eran espiritualistas y tenían artes personales únicos, sufrieron el golpe muy duramente.
Su baja tasa de natalidad y que mayormente sus miembros fueran mayores, llevo a que los Tartak cayeran de forma lenta, pero constante, hasta que su derrota se volvió cercana.
En ese momento los verdaderos guardianes de este mundo, aquellos que se mantuvieron en la luna, actuaron.
Levantaron una enorme isla para dejar que vivieran a salvo y mientras el 'Caos' se extendía por el suelo, devorando todo, los Tartak pudieron sobrevivir.
En ese punto se debilitaron en gran medida y los diferentes guardianes, decidieron fusionarse entre sí, para mantener su poder y no debilitarse.
Cécile no podía negar que los 'guardianes' de este mundo tenían un fuerte sentido en sus objetivos, al mantener a salvo a sus creyentes y a la raza que habitaba en este mundo.
Ellos también eran amalgamas de creencias de todos los Tartak, que debido a sus devotos creyentes pudieron nacer y volverse existencias independientes.
Incluso si el número de Tartak siempre fue bajo, su dedicación y devoción, los hizo fuerte y la dependencia de la 'fe' de su gente, era muy alta.
Esa fue su caída.
"Los humanos dejamos de creer en los dioses de la tierra, pero ustedes tuvieron un destino peor." Murmuró Cécile con cierta seriedad.
Los dioses de la tierra y sus 'guardianes', perdieron fuerza cuando las personas dejaron de creer en ellos.
En el momento que los Guardianes de la Tierra se dieron cuenta de que no podía mantener la barrera dimensional, pidieron ayuda a una existencia primordial.
Sin embargo, aquí fue diferente.
Cuando los Tartak fueron salvados, sus guardianes se debilitaron, y no pudieron interactuar con sus creyentes y eso llevo a que otra existencia apareciera.
Norak le contó que fue una voz que fue escuchada por Svenak y esa tortuga empezó a extender esa religión, remplazando a las verdaderas deidades.
Esa voz se presentó a sí mismo como el 'Caos' puro y sus palabras atractivas lograron que Svenak tomara el control de su gente y luego diezmara a los 'falsos creyentes' de las entidades en la luna.
Obligando al mismo tiempo a que todos rezaran al 'Caos'.
Estaban rezando a una energía y si bien era cierto, que tales energías representaban al primordial del cual era parte, el Dios Primordial del Caos había fallecido hace tiempo.
Y la única existencia que podía heredar ese poder, era su hija… La Emperatriz del Infierno el Diablo Inmortal.
El problema era que esa existencia nunca controló su poder y por eso el 'Caos' siempre actuaba salvaje y sin control.
Cécile no era una teóloga, pero ella había aprendido mucho sobre esa entidad que siempre se la trataba por 'Su Majestad'.
Era por eso que, sabía la respuesta a esta situación.
"Una entidad del vacío, les está susurrando a su gente, haciéndose pasar por ustedes y lo peor… Es que los está destruyendo." Murmuró Cécile tan sorprendida como la primera vez que escuchó la historia de Norak y se dio cuenta de lo que sucedía.
Esa 'voz' que se presentaba como el 'Caos', en realidad era una entidad del vacío, que muy posiblemente fue sellada o expulsada en ese lugar, para que no pudiera volver.
El 'vacío' era lo que estaba entre medio de los innumerables planos y en ese lugar no solo se encontraba el 'Caos', o las diferentes energías, como la mágica, sino que también se encontraban existencias en ese lugar.
La barrera dimensional no solo servía para evitar que el 'Caos' se adentrara, sino que también era útil para mantener esas entidades lejos.
Tal conocimiento podía sorprender algunos, pero los magos espaciales, eran lo que más entendían el 'Vacío'.
¿Cuántos magos espaciales que intentaron viajar entre planos terminaron en el 'Vacío'? Terra nova tenía varias historias de esos individuos.
No solo había entidades a nivel deidad, sino que era posible que se encontraran calamidades u otras entidades de ese tipo.
Ahora una de esas entidades estaba susurrando en los oídos de Svenak para que adoraran a sus guardianes de una forma retorcida.
Cécile volvió a suspirar.
Los guardianes de este mundo eran igual que los guardianes de la tierra y eran la amalgama de las creencias de su gente.
¿Entonces que sucedía si la creencia de su gente pasaba de algún 'concepto' y tomaba la forma de 'Caos'?
Los miles de Tartak que quedaban de esa raza y que mantenían con su devota fe a su dios, empezaron adorar un nuevo lado.
Un lado de corrupción y 'Caos', que lentamente empezó a corromper a sus propios guardianes.
Los mismos Tartak al adorar al 'Caos' estaban corrompiendo a sus propios guardianes, quienes estaban protegiéndolo y se debilitaban a cada paso.
Se escuchaba como una broma de mal gusto, pero esa era la realidad.
Era cierto que para formar a los guardianes se necesitaron miles de años de creencia masiva, pero al estar debilitado y que el número de Tartak descendiera y se volvieran algunos miles, permitió que esos miles pudieran cambiar la concepción de sus dioses.
Con su 'fe', Svenak estaba guiando a que sus guardianes fueran corrompidos y todo por dejarse guiar por esa voz.
Ahora aquí estaba la evidencia de lo que sucedía si las personas se dejaban influenciar por voces repentinas que podían aparecer en su cabeza.
Esa 'voz' estaba claro que era alguna entidad del 'Vacío' y si bien Cécile no sabía la fuerza de la otra parte, era muy posible que la otra parte deseara pasar a este lado.
Esos sacrificios que hacia Svenak con los herejes que creían en los dioses de la luna, era la prueba de que tal vez algo se estaba llevando a cabo tales planes.
Ahora Cécile no solo se enfrentaba a la dificultad de escapar, sino que también a una entidad desconocida y el peligro de que sus compañeros de la expedición fueran utilizados como sacrificio.
Norak le había contado muchas cosas y había vuelto para mantener una vigilancia interna de la situación, para evitar los escenarios más extremos, lo que era algo bueno.
Cécile había realizado un trato con esa tortuga con el objetivo de evitar muertes innecesarias de la otra parte mientras que Norak había aceptado ayudarla con su gente.
"Un intercambio justo." Murmuró Cécile dejando de mirar a la luna.
No acepto el trato por temor a que Norak pudiera defenderse o porque deseaba evitar la muerte de inocentes de la otra parte.
Tampoco acepto por los miembros de su grupo que estaban como rehenes.
Lo hizo por los guardianes de este mundo que la estaban mirando con sus decenas de ojos.
Ellos estaban manteniendo su parte corrupta bajo control, y en su tiempo libre la estaban mirando.
Ahora que era de noche, su presencia y mirada era sentida por Cécile, pero su expresión no cambio.
Había decidido aceptar el trato de ayudar a los Tartak y no masacrarlos a todos, no solo por el temor a esas existencias, sino que por la necesidad de su apoyo.
El portal abismal estaba cerca del altar que se había erguido a esa voz que se presentó como el 'Caos', y en donde esa voz era más fuerte, lo que significaba que, para controlar ese punto, necesitaba una segunda carta de apoyo.
En caso de que la 'voz' en realidad fuera algún tipo de dios sellado o una entidad de gran poder, era necesario que los guardianes se movieran para que actuaran y la protegieran o ayudaran.
Bajando su mirada de la luna, observó sus alrededores y al ver tantas criaturas sonrió.
Estaba por atacar de noche y su otra carta oculta era su hechizo que planeaba ser usado, pero no se había quedado inmóvil y tenía un ejército.
A su lado más cercano se encontraban felinos de seis piernas y serpientes que siseaban con agresividad.
Luego se encontraban cerca de cien bestias de rango B y mil bestias de rango C, cada una de ellas era su invocación y ella había alcanzado su límite al invocar.
Norak no sabía la carta secreta de Svenak o que era posible que pudiera hacer y solo le había comentado las defensas del lugar en donde habitaban, pero Cécile se preparó esperando lo peor.
Incluso si Norak la traicionaba, ella tenía su gran ejército preparado para desatar una guerra.
Era una 'ola' de criaturas y bestias de todo tipo bajo su control… A ese nivel había llegado como Archimago.
Felinos, aves, reptiles y toda clase de bestias se entremezclaban entre sí, algunas siendo similares a criaturas terrícolas y otras veces criaturas que jamás había visto.
No importaba que hubiera pocos rangos A, si se combinaba su fuerza, podría ser aterrador.
Ahora su título de 'mujer de un solo ejército' la representaba completamente, y aunque pareciera extraño, ella no se estaba sintiendo orgullosa.
Ante los cientos de criaturas, Cécile tenía una expresión seria y no podía ocultar su emoción, no por la batalla, sino que por estar cerca de dar ese paso.
"Cécile ya estamos listos." Dijo un sacerdote con seriedad.
Norak no había venido con las manos vacías y estaba preparado para negociar con ellos, la prueba fue, que había traído los antídotos para el veneno que había afectado a los sacerdotes y al explorador.
Se lo había entregado para demostrar un 'acto de buena voluntad' y ahora ya no solo tenía más de mil bestias, sino que tenía dos sacerdotes, un explorador, un mago y un espadachín cada uno de ellos siendo rango S.
Una fuerza considerable que podría servir de pilar para todo su número.
Aun así, Cécile no se sintió con toda la confianza para derrotar a Svenak y la mayor razón que esa tortuga todavía tenía la 'voz' de su lado.
"Bien, entonces vamos a movernos." Declaró Cécile con seriedad.
Su cautela era alta y no se iba a dejar llevar por la sensación de victoria de antemano, pero tampoco se iba a retirar.
Movería su ejército y tomaría el castillo de los Tartak, para apoderarse del portal abismal y una vez que lo consiguiera, ella todavía trataría de lograr algo más.
Mirando su ejército que se empezaba a mover, la expresión de Cécile se volvió imperturbable.
En la tierra podía seguir invocando a una gran cantidad de criaturas, pero ella no deseaba dejar especímenes tan valiosos como estos, en este mundo.
Había estado planeado como moverse luego de que todo terminara.
Pero para llegar a ese punto primero debía ganar y a pesar de que su ejército era grande, Cécile sintió que sería una batalla complicada.
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