Cuando Adala llegó a estas tierras desconocidas fue de noche y de inmediato fue asaltada por incontables monstruos que buscaban destruir todo a su paso.
Fue muy difícil sobrevivir.
Ella era un Archimago de agua de Rango S, pero en este momento se dio cuenta de que carecía de experiencia.
No importaba lo fuerte que fuera, ella le faltaba la experiencia para utilizar sus capacidades de manera eficiente
Y aunque fue complicado, pudo sobrevivir.
Tuvo que ahogar cientos de monstruos y recién se pudo salvar cuando creo un pequeño lago y se ocultó con magia de agua.
Sin embargo, cuando salió y vio el lugar en donde se encontraba, por un momento se quedó aturdida.
Estas tierras eran gigantescas y estaba llenos de monstruos agresivos por todas partes.
Su anillo espacial tenía ropa y algunas bebidas o aperitivos dietéticos junto a sus libros de magia, pero no había nada notable para sobrevivir.
Su manager y su equipo eran lo que se encargaban de llevar sus cosas… Si quería comida ellos se lo daban.
¿Hizo mal participar en el asalto a los goblins?
Era un mago de rango S conocida como la 'Marea Azul' y había sido unas de las pocas que había alcanzado la plaza del portal.
Entonces, antes de que se diera cuenta, estaba en un mundo extraño… Aun así, Adala sobrevivió.
Se escondió en donde pudo, utilizó todo su conocimiento para adaptarse y sobrevivir.
Tuvo dificultades y casi terminó muerta muchas veces.
Por enfrentarse a una abominación provocó que una batalla a gran escala se desencadenara, siendo ella el objetivo de todos los monstruos y si no fuera por su magia de agua, que era versátil, le hubiera costado escapar.
Luego se ocultó por la noche sin hacer ruido… En la solitaria oscuridad de su escondite, escuchando los ruidos y gruñidos, creyendo que pronto la descubrirían.
Fue difícil de soportar.
El ruido, los gruñidos y ella escondida en un sitio recóndito, sin moverse, tratando de aguantar su respiración y tratando de calmar su mente.
Estando sola, preguntándose sobre qué hacer o como sobrevivir.
¿Hizo mal en participar en el asalto a los goblins que la envió a este mundo?
Quería demostrar su fuerza, quería dejar en evidencia que ella no era una heroína urbana que disfrutaba todas las comodidades sin riesgos.
Cuyo trabajo simplemente era cuidar a las ciudades apareciendo desde el cielo siguiendo una actuación.
Deseó demostrar que ella era un verdadero héroe, como aquellos que ocultaban sus identidades y ayudaban sin mediatizar todo o buscar ganancias.
Por querer cosas que en este momento estaban más allá de su experiencia y capacidad, casi terminó muerta.
Adala caminó al lado del individuo que hizo que ese 'casi' no fuera certeza.
Cédric Garreau, era un hombre delgado y pálido que en Rumania era conocido por su arrogancia y su ambición.
Vice líder del gremio 'Los Custodios' ese hombre tenía la actitud para ser arrogante debido a que había llevado a su gremio a liderar Rumania… Y lo había convertido en el más poderoso a nivel nacional.
Como una 'heroína' a nivel nacional, antes lo había conocido y su arrogancia junto a su orgullo desencadenaba comentarios demasiados directos por su parte, pero ahora era diferente.
"Ten cuidado con tus pasos. Tu túnica está diseñada para proteger y aumentar tu capacidad mágica, no para ser sigilosa. Así que tienes que aprender tu misma como disminuir tu presencia y no gastar tu energía mágica." Recomendó Cédric con calma.
Un tono tranquilo y calmado, el cuerpo de ese hombre era delgado y flaco, dejando ver que tuvo una difícil vida desde que llegó a este mundo con la primera expedición.
Desde cicatrices en el rostro, mordeduras en su cuerpo y sin un brazo… Su cuerpo era la evidencia de lo que había vivido.
"He pasado tres meses viviendo en este mundo… Pero según tú, entré hace más de un mes… Lo sabía, el tiempo es diferente." Murmuró Cédric soltando un suspiro agotado.
Ella le había revelado todo lo que había sucedido, pero cuando escuchó sobre el tiempo confirmó que había una diferencia.
Adala lo observó.
Tres meses en este mundo sobreviviendo a todas las dificultades y a pesar de que estaba agotado y exhausto, continuaba revelando esa mirada seria de alguien que todavía no perdía la esperanza.
Y ahora que se dio cuenta de que había más gente que vino de la tierra, estaba aún más esperanzado.
"Ya he perdido a mi compañero que hace rituales, pero si nos encontramos con los demás tal vez puedan… Había dos miembros de las iglesias primordiales, ¿cierto?" Preguntó Cédric y al verla asentir, comentó. "Bien, tal vez ellos puedan comunicarse con el otro lado a través de sus dioses."
Los dioses no respondían a todas las personas y eso no solo se extendían a los rezos, sino que también cuando se realizaban rituales.
Cédric estaba tranquilo y en calma.
Adala notaba el deseo de sobrevivir y salir de estas tierras desconocidas… Tal era la fortaleza de un hombre que no se rendiría y la razón por la cual él pudo sobrevivir en estas tierras inhóspitas por tanto tiempo.
Ella tuvo suerte de encontrarse con él y que la salvara en ese momento, pero fue agradable que lo conociera desde antes.
Avanzando entre el bosque, desviándose de donde había huellas de criaturas, Cédric se detuvo un momento al mirar el suelo.
Era un mago de naturaleza y tenía cierta experiencia en la exploración.
"¿Qué sucede?" Preguntó Adala preparando su hechizo.
Cédric se sentó y con su única mano reviso el suelo, mirando las pisadas de las criaturas.
"Creo que…"
*BOOM*
"¡GRAAA!"
Un sonido explosivo y un rugido de dolor provino desde las pisadas se dirigían.
"Debemos retirarnos. Seguramente son monstruos luchando." Opinó Adala con cautela.
Ya había visto demasiadas batallas entre los mismos monstruos, devorándose entre ellos para sobrevivir o volviéndose criaturas aún más grotescas.
No deseaba arriesgarse.
Sin embargo…
"No, esa explosión no se sintió como la que haría un monstruo." Dijo Cédric y con una expresión grave, señaló. "Vamos, necesitamos ver qué sucede. Puede que los que vinieron contigo estén luchando."
Al escuchar esas últimas palabras, la expresión de Adala mejoró.
Ella podía ser una inexperta, pero los miembros de las fuerzas imperiales y las iglesias eran individuos con una alta capacidad.
Ambos siguieron los sonidos y al avanzar, las expresiones de ambos cambiaron.
Los cadáveres de monstruos estaban por los alrededores con árboles derribados como si hubiera pasado una estampida de bestias y entonces, al seguir, sus expresiones cambiaron totalmente.
Extendiéndose delante de sus ojos estaba un campamento… No, simplemente las ruinas de un campamento.
Rodeándolo se encontraban monstruos despedazados como si una abrumadora fuerza lo hubiera aplastado.
Entre medios de ellos se encontraban cadáveres de goblins con sus cuerpos destrozados y sus órganos repartidos por el piso.
Algunos estaban aplastados, fracturados y por sobre todo destruidos… Por una abrumadora fuerza.
En medio de ellos estaban dos individuos intercambiando golpes entre ellos.
Uno era un hobgoblin alto de la casta superior que estaba usando guantes con garras para enfrentarse a su oponente, mientras que la otra persona era una joven mujer en su veintena.
*BOOM*
A pesar de que se veía delgada y frágil, los puños de la jovencita creaban estallidos de fuerza que arrasaba todo a su paso.
No estaba totalmente sana y en su cuerpo había heridas que atravesaron el traje de combate.
Aun así, los ojos de la mujer nunca temblaron y la expresión jamás cambio pese a las heridas que aumentaban.
"Vamos a…"
*BOOM*
El sonido atronador de un potente puñetazo retumbo por los alrededores.
La jovencita había esquivado las garras al contorsionar su cuerpo y había golpeado el estómago del hobgoblin enviándolo a volar hacia atrás.
Ella, en vez de quedarse quieta, usó la habilidad parpadeo de su traje de combate y llegó a donde el hobgoblin estaba rodando.
*Boom*
Habia aparecido flotando en el cielo y ella dejó caer su peso a la espalda del hobgoblin, enterrándolo en la tierra mientras levantaba una nube de polvo por el impacto.
"Grhh…"
El hobgoblin vomitó sangre al estar en el suelo y ella por la espalda lo atrapó por el cuello y torció el cuello con todas sus fuerzas.
"…"
Cuando el cuerpo del goblin cayó al suelo, ella aplastó la cabeza del hobgoblin, salpicando la sangre en su ya manchada ropa.
Entonces, levantó su mirada y Adala tembló al sentir la presión.
No importaba si la joven mujer era delgada y delicada como si fuera una joven indefensa, la sangre que manchaba su rostro y la ropa dejaba ver un lado muy diferente.
Los ojos negros eran fríos y asesinos, lo suficiente como para intimidar a rangos S.
Y ella estaba liberando una aplastante presión de un luchador poderoso.
"Cédric Garreau, vice líder del gremio 'Los Custodios' has estado aquí por bastante tiempo… ¿Ya debes conocer el lugar cierto?" Preguntó la joven al acercarse y cuando Cédric asintió, ordenó. "Entonces ayúdame. Necesitamos encontrar a todos los demás. Aunque pongamos el lugar patas arriba."
Cédric no pudo negarse luego de haber visto como la joven mujer le rompía el cuello a un hobgoblin de rango S.
******
Edward observó a lo lejos la grieta que se extendió en el cielo en las ruinas de la Ciudad Constanza.
A pesar de que estaba en la Ciudad Mamaia-Sat no muy lejos podía sentir el ambiente ominoso y su visión estaba difuminada por el 'Caos'.
Había escuchado que un miembro de la expedición había salido totalmente corrompido como una abominación, pero no sabía si había muerto.
El hechizo del Duque Kristoph había destruido parte de la ciudad junto a los cadáveres de los goblins y de los humanos, asesinando a muchas criaturas.
Los cadáveres del grupo de asalto y de los goblins que habían sido corrompidos y se habían convertido en monstruos a pesar de que estaban vivos fueron eliminados, pero eso no significaba que no hubiera otras abominaciones.
El Caos era aterrador y sin las protecciones adecuadas podía convertir un humano normal en una aberrante criatura con una tremenda fuerza.
El costo no era lo grotesco o lo espeluznante de las mutaciones, era la perdida de la mente y la corrupción… Edward había escuchado sobre que al ser corrompido podían tener pensamientos de toda clase.
Despertar los deseos oscuros, enfatizar una emoción e incluso distorsionarla... El Caos era una energía divina que era relacionada con los demonios y en mayor categoría, los dioses malévolos o demoniacos.
"Ya es hora." Murmuró al ver que le había llegado un mensaje.
Mirando los alrededores dejó de observar esa grieta que estaba causando revuelo y pánico a nivel mundial y se dirigió a los cuarteles militares.
No sabía si en un futuro llegaría un rango SSS… Puede que esos individuos sean pocos en número, pero existían.
Los más cercanos eran el Director Finn Ackermann quien con su compañero el Barbegazi se podía considerar un domador de rango SSS y el Rey de Arabia, quien era conocido como 'Titán' siendo un mago de tierra de rango SSS.
Era probable que las iglesias también tuvieran sus cartas secretas para intervenir en caso de problemas y también se encontraba el Imperio Falion quien al ser el imperio más poderoso de Terra nova significaba que tenía individuos de tal rango.
Aunque a diferencia de los rangos SSS del Imperio Falion que obedecían a la realeza, los rangos SSS de este mundo no podían ser controlados por nadie, ni siquiera la opinión pública podían obligarlos a que se movieran.
Aun así, se debía hacer algo y probablemente los rangos SSS actuarían cuando fuera extremadamente necesario y todo se descontrolará.
Edward caminó hasta que se encontró el punto de reunión que era un edificio de un hotel.
En la puerta se encontraban dos elfos del Imperio Falion de Rango S y las miradas serias y la cautela de esos profesionales mostraba que en el interior estaba alguien importante.
Cuando Edward tocó la puerta, esta se abrió y Venali lo observó del otro lado.
"Su Alteza lo ha estado esperando." Dijo Venali con un tono respetuoso y dando una señal para que pasara, agregó. "Se encuentra en el patio."
Con esas palabras ambos entraron a la sala y se dirigieron al patio trasero de la sala.
Este edificio fue un hotel, pero en este momento los únicos trabajadores que estaban presente eran miembros del Imperio Falion y en la zona trasera estaba un jardín de gran tamaño.
Había una única mesa y en ella estaba la Princesa Cithrel junto a una joven mujer que Edward no conocía.
La joven mujer tenía rasgos asiáticos, rostro redondo y cabello negro y era bastante guapa.
"Edward por fin has llegado. Te presento a Yoshihisa Akira." Dijo Cithrel con una suave sonrisa diplomática.
La joven se levantó y le dio la mano con una sonrisa.
"Puedes llamarme Akira. Aunque no lo creas, he escuchado mucho de mí 'senpai'." Reveló Akira y con una media sonrisa, comentó. "Me puedo considerar como una antigua estudiante que estuvo al mando de Aurora y Alice."
Su media sonrisa llevaba una preocupación evidente que Edward notó con claridad.
"Edward Palmer. Espero que hayas escuchado cosas buenas." Dijo Edward y con un suspiro pesado, agregó. "Aunque lo dudo."
Se había comportado mal en su tiempo que estuvo con Aurora y Alice y también luego de ello había permanecido alejada de ambas durante varios años.
Era hasta el punto de que ahora estaba conociendo a su 'compañera' y solo había oído hablar de ella por Aurora que de vez en cuando se acercó durante la academia.
"Un poco de esto y poco de aquello." Señaló Akira con una media sonrisa y dando una mirada seria, declaró. "Gracias por ayudarnos."
La expresión de Edward se volvió seria al verla inclinarse.
Yoshihisa Akira líder del gremio 'Tormenta Helada', conocida como la 'Tempestad'… Esa joven era uno de los rangos S más reconocidos de Japón y su gremio de nivel medio era poderoso.
Ella se hizo llamar una antigua estudiante bajo el mando de Aurora y Alice, pero ahora su agradecimiento demostraba que era una amiga cercana de las dos hermanas.
"No necesitas agradecerme. Hago esto por mi propia voluntad y porque quiero asegurarme de su estado." Respondió Edward dando una sensación de frialdad y al notarlo, comentó. "Ellas se pueden considerar mis amigas también."
Alice prácticamente no hablaba con él y siempre mantuvo una gran distancia, pero era diferente con Aurora.
Ella siempre lo trato bien e incluso cuando estuvo al mando de ambas, fue mejor tratado por Aurora que por Alice.
Sin embargo, ahora que podían necesitar ayuda, él no dudaría en ofrecerse… Como muy seguramente, ambas se moverían si él lo necesitaba.
"Aurora seguramente estará feliz por sus amigos." Dijo Cithrel de repente y con una media sonrisa, comentó. "Aunque Alice seguramente este feliz con comida."
Su comentario fue para animar la atmósfera, lo que hizo que ambos dieran sonrisas, pero al final la situación se puso tensa.
Hoy a la noche, antes de año nuevo se moverían para ir a ver el portal abismal… Adentrarse a donde se encontraba la 'grieta' y el portal para verificar todo.
Estaban ansiosos.
"Espero que esté bien." Murmuró Akira sin poder resistirlo.
Como una profesional trataba de controlar sus emociones y la cercanía con ambas hermanas lo complicaba.
Edward pudo ver como ella apretaba su puño.
"Sigues siendo una llorona, espero que al menos ya no seas una debilucha."
Una voz gruesa y pesada sonó desde cerca y Edward notó como un bestia gigante atravesaba un portal junto a una joven mujer.
La joven se encontraba en su veintena y a pesar de que su rostro redondo y encantador junto a su baja estatura le daba cierto encanto, su inexpresividad alejaba todas las miradas.
A su lado se encontraba un enorme gorila negro de seis metros de alto con un pelaje negro y ojos rojos.
Su musculoso y fuerte cuerpo junto a su físico generaba una gran presión y daba la sensación de tener un gran poder.
El mago espacial que los trajo, se inclinó y desapareció.
"Déjenme presentarle. El gigante que habla sin saber es César y la hermosa joven a su lado, que le gusta relacionarse con un tonto, es Charlotte Cuvillier." Presento Akira con una mirada que rebajaba al feroz gorila atronador y dándole una mirada de desdén, comentó. "También se puede considerar como mi 'senpai'."
Edward observó a la joven en su veintena que inclinaba la cabeza en saludo y luego miró al gorila atronador que revelaba sus dientes blancos… Tan solo para volver la mirada a la joven.
"Ella no es la estudiante. El estudiante soy yo." Informó César con una expresión feroz y dando un paso adelante miró fijamente a Edward y comentó. "Te ves fuerte, espero que no seas tan llorón como nuestra compañera."
Edward sintió una gran solemnidad en la mirada del gorila, pero también una ferocidad abrumadora, muy diferente a como bromeaba con Akira.
"Oye, ¿a quién le dices llorona?" Exclamó Akira lanzando varios copos de nieve que el gorila atronador golpeó con sus dedos.
"¿A quién más? ¿Quién fue la que lloró durante el entrenamiento de Alice?" Preguntó César revelando sus dientes con una sonrisa burlona y golpeándose el pecho, anunció. "¡Tienes que ser como yo! ¡Que nunca tuve miedo al enfrentarme a ella!"
"No es porque no tuvieras miedo, ¡es porque eres un masoquista!" Replicó Akira de inmediato.
"…"
Ambos se miraron y se rieron divertidos y entretenidos.
Las risas de ambos eran divertidas y algo relajada, a pesar de que el encuentro era por una razón pesada.
"No te preocupes. Aurora es fuerte y nadie puede detenerla cuando se pone un objetivo." Dijo César con una voz elevada y palmeando a Akira con su gran mano, anunció. "¡Pero Alice por comida es imparable!"
Akira soltó una risa y los otros lo siguieron.
Sin duda todos estaban preocupados, pero César tenía algo que los demás no tenían… Confianza.
Una abrumadora confianza en la fuerza y capacidad de ambas hermanas.
"Ellas estarán bien." Intervino Cithrel y dando una mirada, señaló. "Aun así, vamos a prepararnos. Tenemos que estar perfectamente listos para esta noche."
Necesitaban verificar el portal abismal y si era capaces de enviar refuerzos.
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