Érica todavía no pudo asimilar lo que estaba sucediendo.
Hace unos minutos estaban escapando de Cithrel, y ahora estaban dirigiéndose a una guarida de una mafia en donde se llevaban a un rehén.
"Al parecer los círculos mágicos para sacrificio son simples y pueden ser evitados, el problema para nosotros es el rehén." Informó Aurora y se detuvo sabiamente en el cielo tras activar un pergamino de ocultación.
Su mirada ahora estaba en diferentes almacenes donde un hombre sacaba de su auto a una rehén.
La rehén parecía ligeramente pálida, no solo de miedo, sino que dolor, pero era su captor, no mostraba ninguna reacción al moverla.
La agarró a la fuerza y la cargó, como si fuera un objeto.
"Debemos movernos ahora." Dijo Aurora y cuando Érica la miró sorprendida, agregó. "Adentro hay algunos maleantes, están preparados. Tal vez ese hombre les informo."
Érica no sabía cómo Aurora pudo conseguir toda esa información tan detalladamente, pero confió sin ninguna duda en ella.
"¿No es mejor esperar refuerzos?" Preguntó Érica de manera inevitable.
El otro bando parecía tener un número mayor y si bien ese no era un grave problema, el rehén lo era.
Se había enfrentado a varios enemigos y Érica tenía confianza en que al menos podría resistir o huir si las cosas se ponían feas, pero era el rehén lo que le preocupaba.
No tenía la suficiente confianza para rescatarla.
En cambio, si esperan a los refuerzos tenían un mayor número de personas y a la vez podían negociar para terminar con la rehén a salvo.
"¿Darle tiempo a un lunático que crea este tipo de rituales? No, gracias." Respondió Aurora sin inmutarse y al ver que su seriedad la estaba poniendo ansiosa, dio un suspiro y se relajó.
Érica se avergonzó un poco ante esa respuesta que fue algo sarcástica y en su defensa, ella estaba demasiado ansiosa en este momento.
"Me encargaré de rescatarla. Te aseguro que haré todo lo posible para hacerlo." Dijo Aurora con una expresión seria.
Estaba tomando toda la carga y la responsabilidad, tratando de evitar el peso en ella lo máximo posible.
No era confianza lo que Aurora tenía, era la prueba de que en este momento ante sus ojos estaba su objetivo y para llegar a alcanzarlo no le importaba darlo todo.
Érica apretó su puño y suspiró alejando todo su temor.
"Entiendo, me encargaré de darte la oportunidad que necesitas." Dijo Érica mientras sus ojos brillaban con decisión.
Aurora asintió a gusto y le contó su plan mientras preparaban algunos objetos.
Entrar a la fuerza, sorprender a todos y tratar de rescatar al rehén… Ese era la simplicidad de un plan que podía ser desarrollado en cualquier momento.
Érica asintió entendiendo que sería ella quien trataría de llamar toda la atención.
Cuando Aurora sacó un pequeño pergamino plegable, ambas asintieron y se dejaron caer al techo del almacén.
Aurora fue la que descendió primero y abrió el camino en picada.
*BOOM*
El almacén se rompió a pedazos creando un gran agujero y Érica pudo ver lo que sucedía rápidamente.
Tres individuos guiados por un tipo con la apariencia de un maleante, mientras que en el otro lado estaba el hombre que llevaba a la rehén.
"¡Mierda!" Gritó el maleante sorprendido.
Tal vez no esperaron que llegaran tan rápido, pero tal sorpresa fue excelente.
"¡Dejen de maldecir y ataquen!" Gritó el hombre que llevaba a la rehén de la cintura.
Érica se movió primero mientras miraba a Aurora cargar hacia adelante.
Lanzando dos hechizos de 'área invernal', alrededor del grupo de tres hizo que los movimientos de los hombres se congelaran por un segundo.
Aurora se acercó y cuando vio que balancearon espadas hacia ella, aprovechó esa ligera lentitud para esquivar los ataques con una rapidez y agilidad sorprendente.
Con tan solo una pirueta en el aire se encontraba al otro lado dirigiéndose hacia el hombre que llevaba a la rehén.
Para seguir dándole una oportunidad de que no la interrumpan, Érica, que había preparado sus hechizos, lanzó una combinación de 'cañón de hielo' combinado con unas 'lanzas de hielo' justo en el medio de los tres maleantes.
"Ugh…!"
Desde el centro del área todo explotó y esos tres maleantes solo pudieron saltar para escapar, pero uno de ellos tuvo la pierna atravesada por una lanza.
Sin embargo, ese ataque dio la oportunidad a Aurora, quien se acercó al hombre para golpearlo.
"…"
Con una sonrisa burlona, el hombre utilizó al rehén como escudo para cubrirse, logrando que Aurora tuviera que detener el golpe.
Aun así, ella puso el pergamino en la espalda de la rehén.
Antes de que Érica pudiera suspirar aliviada, el traje de combate del hombre brillo y se movió junto a la rehén.
Ese pergamino haría que quien lo llevara tuviera una barrera personal y se moviera lejos para evitar cualquier situación peligrosa, pero ahora ese movimiento espacial fue cancelado a causa de la intervención del hombre.
"Concéntrate en tu combate, la barrera está activa y al menos que se detenga no le podrá hacer daño." Ordenó Aurora y al ver que el hombre empezaba a huir con la rehén, agregó. "Te dejo todo aquí, si estás en peligro huye."
Con esas palabras empezó a seguir al hombre a gran velocidad.
Érica le dio una mirada a los tres individuos y sus ojos brillaron con decisión y fuerza.
Tres rangos A, uno de ellos se había sacado la lanza que atravesó su pierna y estaba por tomar una poción de curación.
El maleante principal se abalanzó hacia ella con su espada y Érica parpadeó con la habilidad del traje de combate y se movió cerca del hombre que estaba por tomar una poción de curación.
"Qu… UGh…"
Ante de que pudiera reaccionar, con su varita Érica soltó su lanza de hielo directamente al pecho de ese hombre.
La lanza lo atravesó por completo y penetró el suelo a espalda del hombre, mientras que la sangre tiñó el hielo azul de rojo.
Érica se sintió mal la primera vez que asesinó a alguien, pero ella se dio cuenta de que a veces había que hacerlo.
Esta vez no tenía confianza para ganarle a todos evitando asesinar, ya que no tenía la suficiente fuerza para hacer lo que deseaba.
La falta de fuerza la molesto, pero hizo lo que creyó mejor.
"…"
El silencio se extendió y las expresiones de los dos individuos restantes cambiaron.
"No dejaré que interrumpan a Aurora." Anunció Érica con un tono frío mientras su aura de mago de Rango A se extendía.
Estas palabras no fueron para los maleantes, sino que fue para ella misma.
Aunque tuviera que matar a ambos, no dejarían que interrumpieran a Aurora… Eso era lo único que podía hacer a su nivel.
******
Aurora rompió la puerta a su paso y notando la figura que estaba huyendo con la rehén, continuo con la persecución.
El hombre estaba empleando un brazo para cargar a la rehén de la cintura y con la otra mano sacó una varita del anillo espacial y mirando hacia atrás disparó dos hechizos.
*Boom*
*Boom*
Dos bolas de fuegos salieron de la varita y Aurora, sin inmutarse, corrió hacia ellas, recibiéndola de frente sin perder fuerza al continuar.
La barrera personal soportó parte del daño y su cuerpo resistió las ligeras quemaduras restantes.
El hombre no era un mago y estaba usando una varita con hechizos grabados, lo que hizo que fueran más débiles a los que eran lanzados por un mago real.
Sin embargo, mientras lo veía correr, la expresión de Aurora se volvía más seria.
Si bien el pergamino no funcionó completamente, con la barrera personal cubriendo al rehén por completo se evitó que se hiciera daño de forma superficial.
Eso significaba que incluso si trataba de quebrarle el cuello, la barrera podría resistir el suficiente tiempo como para que ella pudiera intervenir.
Aun así… Sintió que tenía que ir más allá de ser una luchadora.
Después de todo, ahora sintió que cada movimiento iba a ser detenido, ya que el hombre podía usar al rehén como escudo.
—Me he hecho con el control de las cámaras adelante, puedes usarla para moverte e interceptarlo.
Su sistema pasó la imagen de las cámaras directamente a su mente y Aurora se movió usando la habilidad de 'parpadeo' de su traje de combate.
Antes no la había usado este movimiento debido a que podía ser interceptada, pero ahora al ver la posición no dudo.
Al instante siguiente ella apareció en un pequeño almacén y sin perder tiempo corrió en dirección de la pared.
*Boom*
"Que…"
Sorprendiendo perfectamente al hombre cuya posición se volvió inestable, Aurora lo golpeó con toda su fuerza en el rostro.
Su carga fue poderosa y la fuerza de su golpe fue muy alta, logrando que incluso la rehén se separara del hombre.
Aurora estabilizó de vuelta su postura, y estuvo por correr a la rehén para tomarla, pero el hombre se adelantó.
Gateando por el suelo, tomó la pierna de la rehén y activó la misma habilidad de parpadeo para ponerse a salvo al extremo del pasillo.
"Eres sorprendente para ser una niña… Un excelente plan." Dijo el hombre… No, debido a que su máscara se había roto, se la sacó y reveló que era un anciano.
Aurora lo miró seriamente preparada para atacar de vuelta, pero el anciano no le dio oportunidad y tomando a la rehén por los pelos, sacó una daga de su anillo espacial y le puso cerca del cuello de la joven.
En medio estaba la barrera y del otro lado la delgada piel de la joven… Todo mientras el aura de espada cubría la daga.
La expresión de Aurora se volvió seria al verlo.
Sabía que si el anciano intentaba con toda su fuerza atravesar la barrera en un solo punto podría hacerlo gracias a la fuerza de rango A.
El anciano dio una sonrisa.
"Me gusta esa expresión… Si, bastante agradable, ¿no lo crees?" Preguntó el anciano tirando el cabello de la rehén mientras revelaba el cuello.
"Uhmm…" La rehén solo pudo gemir y llorar de miedo.
La expresión de Aurora fue cambiando cada vez para peor mientras apretaba y cerraba sus puños.
"Venías acompañada de una heroína, así que debes ser una, ¿no?" Preguntó el anciano y dando una sonrisa, murmuró. "Supongo que esta joven no lo es."
La mirada de Aurora se volvió seria, pero sus ojos empezaron a obtener una brillantez ligeramente fría mientras sus puños temblaban.
¿Frustración o ira?
Todas sus emociones fueron disfrutadas por el anciano cuya sonrisa solo creció.
"Las autoridades están por llegar, es mejor que las dejes ir." Dijo Aurora tratando de contener sus emociones.
Lentamente, llegaba a sus límites y el anciano tiró el cabello de la joven con fuerza y a pesar de que la barrera seguía activa, la daga lo rozaba.
"Si es cierto, pero estoy seguro de que llegaran cuando esta joven sea un cadáver." Respondió el anciano con una sonrisa llena de diversión.
Sin importarle la expresión de Aurora, el anciano continuo.
"Déjame ir… Me la llevaré y luego cuando crea que este seguro la soltaré." Dijo el anciano con una sonrisa amable.
¿Dejarlo ir para que luego la suelte?
Esas palabras le parecieron una burla para Aurora.
Confiar en un anciano que estaba llevando a cabo rituales para sacrificar inocentes… Era solo una estupidez.
"O si no…" Dijo el anciano y mientras su expresión se volvía feroz, anunció. "Le rebanaré el cuello y la sangre de un inocente estará en tus manos, heroína."
Como si quisiera poner énfasis en sus palabras, su daga atravesó la barrera y corto sutilmente el cuello de la rehén.
Eso fue suficiente para que Aurora se moviera.
En su mano izquierda apareció su espada y con la mano derecha ella tomó el mango y la balanceó produciendo una fina línea en el aire.
Ante sus ojos todo cambio.
Como una pintura cortada a la mitad de manera rápida y precisa, el edificio parecía un poco inclinado, al igual que el anciano que seguía manteniendo su sonrisa.
En esa vista, la única que permaneció en su lugar era la rehén que seguía como antes de que ella actuara.
Al instante siguiente todo volvió a la normalidad y el rehén cayó de rodillas.
Aurora fue atraparla mientras veía como el cuerpo del anciano caía a espalda de la joven.
"Está bien… Todo está bien." Dijo Aurora con una sonrisa tratando de calmar a la joven mientras usaba un pergamino de curación y cuando vio que ella la abrazaba sollozando, murmuró. "Todo está bien."
La joven la abrazó con mayor fuerza y Aurora vio el cadáver partido a la mitad, cuya sangre y órganos estaban ensuciando el suelo.
Incluso tras ver esa escena, su expresión no cambió.
No era una heroína… Solo era una persona que intentaba seguir sus objetivos.
Haciendo lo que debía hacer.
******
El Emperador Víctor observó en secreto como Alice entregaba a los individuos que había capturado y luego dirigió su mirada hacia la otra persona.
"Estoy bien… Solo recibí algunos cortes nada del otro mundo." Dijo Érica, la maga que no pudo revelar en la final que era una maga de Rango A.
El traje de combate que ella usaba estaba ligeramente cortado y a su lado estaba Aurora, que la estaba revisando con sumo cuidado.
"No tienes que preocuparte. Solo hice lo que creía que era correcto." Dijo Érica y mirando los cadáveres que iban en bolsa, comentó. "Aunque eso significara tener que matar."
Terminó asesinado a dos de los tres individuos a quienes se enfrentó.
Para algunos una hazaña notable, para otros una decisión difícil que fue tomada por una joven con solo dieciocho años.
"Entiendo." Murmuró Aurora soltando un largo suspiro y mirando a la rehén que era atendida en una ambulancia, comentó. "Valió la pena."
A pesar de que la expresión del Emperador Víctor no cambio al ver la expresión de Aurora, él no pudo evitar pensar que ella llevaba una expresión solemne que no concordaba con la edad que tenía.
¿Qué estarían dispuestos a hacer por sus ideales? ¿Por sus objetivos? ¿Sus creencias?
La respuesta a esa compleja pregunta dependía de cada persona, pero una vez que se encontraba la respuesta, los definiría.
El Emperador Víctor dio una señal a un funcionario que podía verlo y le apuntó a las jovencitas para que se moviera.
"Su Majestad Víctor agradece su excelente esfuerzo. Todos sus compañeros están a salvo en su hotel." Informó el funcionario y con un tono serio, bajo la cabeza y declaró. "Les pedimos disculpa por lo sucedido y por nuestro descuido, Su Majestad Víctor promete recompensarlo por su excelente tarea como héroes."
Estaba asumiendo este error… Si, un error.
Un error que se extendió a la falta de seguridad local a causa de que se centraron en otra área, el error cometido por quienes creyeron que ese anciano se había ido sin conocerlo y un error a la hora de subcontratar individuos que tomaron la tarea por su propia cuenta.
Demasiados errores se cometieron hoy, pero en vez de esconderlos, Víctor hizo que todos los individuos que lo pasaron por alto lo asumieran… Incluyendo a él mismo.
"La fiesta de cierre del Emperador Víctor será a la noche, espero que puedan participar." Agregó el funcionario hablando con el grupo y con una expresión seria, comentó. "Si ustedes lo desean, podemos posponer la fiesta hasta que ustedes se sientan cómodos."
Esas palabras no eran por pura consideración, sino que hablaba honestamente.
Aurora y Érica se miraron, pero fue esta última quien agito la cabeza.
"Estamos bien. Esta fiesta es emocionante para todos, creo que ir será agradable." Respondió Érica.
Ante esas palabras, Aurora se quedó en silencio dando una media sonrisa.
Asesinar era una cuestión extraña que dependía de la personalidad, moral y las creencias de las propias personas.
Algunos no podían soportarlo y se quebraban, otros lo hacían como si estuvieran realizando una tarea insignificante y otros trataban de evitar esa acción hasta que no tuvieran otra opción.
Pero ahora para ellas una fiesta para relajarse era de por sí algo que necesitaban.
Despejarse y dejar todo de lado con amigos era un medio para que los traumas no se gestaran.
Al verlas irse, el Emperador Víctor dejó de mirar y se adentró al almacén.
Este era el último edificio en donde Aurora y Érica tomaron por su cuenta.
En los otros edificios ya se encontraban las autoridades revisando todo para que nada se les escapara.
Sin embargo, este, a diferencia de los otros, tuvo batallas más agitadas.
En primer lugar, la princesa del Imperio Falion y su guardiana eran más de lo que parecían.
Víctor, quien se había relacionado con los de su clase, los conocía bien.
Adentrándose al almacén pudo notar como todo el interior estaba congelado.
Púas y lanzas de hielo se extendían por todas partes y en muchos lugares el hielo azul estaba teñido de rojo.
"Una gran fuente de energía mágica, se mantuvo oculta desde que entró en el torneo y ella era otra carta oculta de la Academia de Héroes." Informó Ersin que apareció a su lado sin que nadie se diera cuenta.
"Hazme acordar que debo ver su recompensa al 'azar'… Hay que arreglarlo para ayudarla." Dijo Víctor mirando los ojos blancos de su 'secretaria'.
Luego, observando el hielo, siguió caminando abriendo su paso hacia donde sucedió la otra batalla.
"La fiesta de esta noche continuará. A pesar de lo que hicieron la red de información de la ciudad Atlántida, lo dejaremos pasar." Dijo Víctor con un tono simple y con un suspiro, comentó. "En cuanto al joven que termino ascendiendo de rango… Veremos cómo recompensarlo en las recompensas al 'azar'."
En realidad, esas recompensas no eran al 'azar' tenían ese nombre, pero la mayoría de ellas estaban arregladas.
Un estudiante con talento era enviado a una persona con talento para seguir mejorando y en otros casos a los estudiantes que le terminaron agradando, él los recompensaba teniendo en mente lo que creía que era necesario y mejor para ellos.
"Hoy también vendrá el dueño de la Empresa Cosmos. Sería bueno para los mecánicos si se acercan a él." Murmuró Víctor pensando en la fiesta y cuando llegó al pasillo en donde sucedió la batalla final, se detuvo.
Dando unos pasos y poniéndose en una posición determinada, sintió como si estuviera mirando una pintura partida a la mitad.
Toda la pared tenía un fino corte que inclinaba el pasillo.
El concreto fue atravesado como si fuera mantequilla en un corte limpio casi perfecto.
"¿Alice nos pidió un elixir para luchadores?" Preguntó Víctor con una expresión intrigada y cuando notó que Ersin asentía, solo dio una sonrisa.
¿Si intervenía se podía tomar como una compensación por lo de hoy?
"Vamos, necesitamos prepararnos para la fiesta." Dijo Víctor soltando una suave sonrisa.
¿En cuanto a la forma de recompensarla por su trabajo y por su error? Ya había encontrado la manera.