Capítulo 253: CAPÍTULO 253
Humanos contra demonios.
CAPÍTULO 253
Es de noche y estamos vigilando la entrada del castillo, en donde vive la realeza.
El castillo es gigantesco y, en su territorio, hay enormes casas… Es una ciudad, que está rodeada por enormes muros. Ahí viven los nobles.
La única entrada que tiene la ciudad, está protegida por guardias y aventureros.
Los muros son enormes, pero no será problema para nosotros.
El castillo está en el centro de la ciudad.
Mi equipo y yo, estamos listos para actuar.
Estamos escondidos algo lejos de la ciudad, entre unos árboles.
Mis ojos son normales, pues me veo raro con los otros ojos, así que no me gusta tenerlos, es por eso que los desactivo. Rei me enseñó a hacerlo.
—Bien…
Me pongo la capucha de mi sudadera negra y sonrío.
—Vamos.
Reika se transforma en una pequeña hada y se aleja volando.
Hajime la sigue y cargo en mis brazos a Zei.
—Crismi, tú serás la distracción. Golpea a esos guardias.
—Sí.
Me alejo volando y Crismi se dirige corriendo a la entrada.
—Plan sencillo… Pero funcionará.
Los guardias y aventureros se percatan de ella.
—¿Qué planea hacer?
Crismi extiende su mano derecha y Makis comienzan a salir de su mano.
Son decenas de Makis.
—¡Enemigo!
Los guardias intentan golpear a los Makis, pero son pegajosos y resistentes, no se pueden destruir fácilmente.
Los Makis rodean a los guardias y Crismi entra a la ciudad.
—¡Absorban la energía de las personas!
Cientos de Makis están saliendo de su cuerpo y se dirigen a las casas.
Crismi se sienta en el suelo, está sudando, está muy cansada.
—Bien… Superé mi límite…
Se limpia el sudor y sonríe.
—Espero que Daniel me dé una recompensa por esto.- Dice sonrojada.
Mientras tanto, en la cima del castillo.
Zei y yo, estamos esperando.
Los guardias están saliendo del castillo y se dirigen a la ciudad.
—Zei, es tu turno.
—¡Sí, amo!
Zei vuelve a su forma animal y comienza a olfatear.
Le acaricio el pelaje mientras olfatea.
—Eres muy tierna…
Zei vuelve a su forma humana y me toma de la mano.
—¡Están escapando! Vamos.
—No hay prisa, el plan está saliendo bien. Hajime y Reika lo harán bien… Vamos.
Lejos de ahí, en un lago que se encuentra en medio de la nada, en donde solo hay nieve, Hajime y Reika están acostados en el suelo, rodeados de nieve. Lo usan para camuflaje.
—No deben tardar tanto.
—¿Estás seguro de que no cambiaron su salida de emergencia secreta?
—No lo creo.
El agua del lago comienza a flotar.
—Prepárate.
Toda el agua del lago está flotando en el cielo. En el fondo del lago, hay dos mujeres muy hermosas. Son gemelas. Tienen el cabello blanco y corto, ojos rojos y usan armaduras rojas. Parece que tienen 25 años.
Golpean el suelo con sus pies derechos y una entrada secreta se abre.
De esa entrada, salen guardias montados en caballos y una carreta roja.
Las mujeres golpean el suelo y el suelo comienza a elevarse. Usan magia de tierra para usar el suelo como elevador.
—Bien… Reika.
—Sí.
Reika se transforma en una espada roja y Hajime la toma con su mano derecha.
—Daniel dijo que no matemos a nadie.
—Sí, lo sé.
Los guardias y las mujeres no detectan a Hajime y siguen avanzando.
El lago vuelve a la normalidad y el agua cae al lago.
Hajime se moja y se levanta del suelo.
—Aquí voy.
-Minutos después-
Crismi está en mi espalda y estoy cargando en mis brazos a Zei.
Estoy volando, me dirijo al lago.
—No encontré nada en el castillo... Los demonios no están ahí… Tendré que seguir buscando información.
Veo a Hajime y a Reika... Y la princesa está abrazando a Hajime… Que lindo.
Aterrizo frente a ellos y bajo a las chicas.
—Vaya, vaya…
Observo a mi alrededor, los guardias y algunos aventureros están inconscientes.
—Bien hecho, chicos. Les aumentaré el sueldo.- Digo sonriendo.
—¿Les pagas?- Dice Crismi.
—No, solamente estaba bromeando… Bueno… ¿Y la reina y el rey?
—La reina está en la carreta, le conté lo que está pasando.- Dice Hajime.
—¿Te creyó?
—Un poco… Supongo.
Observo a la princesa, está llorando mientras abraza a Hajime.
Que envidia… Ella lo ama… Y mucho.
—Tienes mucha suerte, Hajime… Eres feo, pero enamoraste a una princesa… Bueno, yo enamoré a tres princesas, pero porque soy guapo… Quisiera que alguna chica se enamore de mí por mi forma de ser… Que envidia te tengo… Bueno, comencemos… ¿En dónde está el rey?
—Está al otro lado de la carreta, inconsciente también.
—Bien…
Me acerco a la princesa y bajo la mirada, para que no me vea el rostro.
—Tengo algunas preguntas, princesa.
La princesa voltea a verme.
—Eres Daniel, ¿no?
—Supongo que me conoces… ¿Hajime ya te contó lo que sabemos?
—Sí… ¿Realmente me quitarás esta horrible maldición?
—Sí, pero con una condición… Necesito información.
—Sí… Te diré lo que quieras saber.
—Gracias… Pero primero, necesito los nombres de los nobles que se aprovecharon de ti… ¿Sabes quiénes son?
—Sí… Nunca olvidaría a esos malditos.
—Los olvidarás, no te preocupes por eso.- Digo sonriendo.
-2 horas después-
El rey y 13 nobles más, están amarrados y encerrados en una jaula. La mayoría de los nobles son chicos jóvenes y guapos.
Mi equipo y yo, estamos parados frente a la jaula, observando como los nobles están temblando de miedo.
—Son todos… Se aprovecharon de una chica dulce y buena… Y eso no lo perdonaré… Mi teoría era cierta… El rey descubrió lo de la maldición y se lo dijo a otros nobles… Y se aprovecharon de ella… Malditos.
—¡Maldito plebeyo! ¡Soy el rey! ¡No puedes matarme!
—La reina ya me dio permiso… Y no me hables así, no eres superior a mí… Solo eres un insecto… Y no te preocupes, no te mataré… Tú, tu hijo y esos nobles, recibirán el castigo que merecen.
Sonrío diabólicamente y me río un poco.
—¡Serán violados por Orcos hasta que mueran!
Los nobles comienzan a llorar y suplican misericordia.
—¡Te daré dinero!
—¡No lo hagas!
—¡Prefiero morir!
Comienzo a reír diabólicamente y mis ojos cambian de color.
—Me gusta ese sonido… La desesperación… ¡Me encanta!
Algunos nobles se orinan en sus pantalones… ¿Les doy tanto miedo?
Me rasco la mejilla derecha.
—Oigan…
Me quito la capucha y volteo a ver a mis compañeros.
—¿Realmente doy tanto miedo?
Crismi y Hajime se quedan en silencio por unos segundos y luego responden al mismo tiempo: "¡Sí!"
Reika se me queda viendo con ojos de amor y sonrojada.
—¡No! ¡Eres genial, jefe! ¡Eres guapo e increíble! ¡No das miedo!
—Ya veo…
Desactivo mis ojos.
—Bueno… Haré esto rápido… Regreso en una hora... Reika, necesito fuerza extra.
—¡Sí, jefe!
Reika vuelve a su forma como espada y se coloca en mi espalda.
—Fortalece mis brazos con magia.
—¡Listo!
Cargo la jaula con mis manos y me alejo volando.
Los nobles siguen suplicando, pidiendo misericordia, y eso me hace sonreír.
—Recibirán lo que merecen.
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