Humanos contra demonios.
CAPÍTULO 133
En Godfer, varias Diosas están reunidas en un escenario.
Están en un gran teatro vacío, entre ellas está Maisha... Y todas se pusieron de acuerdo para hacer algo raro.
—¿Están de acuerdo con el plan?- Dijo Maisha.
—¿Crees que acepte?- Dijo una Diosa.
—Siempre obedece a los Dioses, no se preocupen. Iré por él.
Maisha desaparece y aparece al lado de Daniel, en el mundo 1... El plan pervertido inició.
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(Pov- Daniel.)
¿Eh? ¿Qué hace ella aquí?
—¡Daniel, te necesito!
Me toma del brazo derecho y aparecemos al lado de unas Diosas.
—¿Qué pasa, Maisha?- Digo confundido.
Un vestido rosa, zapatillas negras, medias largas blancas, y una peluca de cabello rosa y largo, aparecen frente a mí.
—¡Quiero que participes en un concurso de belleza!
—¿V-vestido de mujer?
—¡Es para comprobar que eres igual de hermoso como mujer!
Me alejo de ella poco a poco.
—M-me gustaría participar, pero tengo que regresar a entrenar.
Una Diosa musculosa, con el cabello rojo y corto, me toma de los brazos. Usa un pantalón negro y una blusa blanca... Wow... ¡Se ve genial!
—¡No puedes irte!
Maisha toma el vestido y se acerca a mí, con una larga sonrisa diabólica.
—¡No tienes otra opción!
Trago saliva nervioso... Esto es realmente raro... Pero debo obedecer a los Dioses.
—Mierda.
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(Minutos después.)
Estoy vestido con el vestido rosa, las zapatillas, las medias blancas y largas, y la peluca rosa... Odio admitirlo, pero me veo hermosa, aunque no estoy usando maquillaje.
Estoy demasiado sonrojado y nervioso... Siento que se están aprovechando de mí.
—¡Estás hermosa, Daniela!- Dijo Maisha emocionada.
—¡M-me llamo Daniel! ¡¿Ahora qué?! ¡¿Por qué estoy vestido así?! ¡Yo no quiero participar!
Las puertas del teatro se abren, y decenas de personas están entrando rápidamente.
Me pongo completamente rojo.
—¡¿Qué pasa?!
—¡El concurso de belleza comenzará!- Dijo Maisha tomando mi brazo derecho.
Todos se sientan en los asientos del teatro. Los hombres se sonrojan cuando me ven... ¡Ahhhhhh! ¡Esto es raro!
—¡Esa chica es realmente hermosa!
—¡¿Quién será?!
Comienzo a recibir comentarios algo incómodos de los Dioses. Me dicen: "Hermosa" "Belleza" "Ardiente"... Entre otras cosas que prefiero olvidar.
—¡Lo siento, Maisha, pero no lo soporto más!
Me quito la peluca y la tiro al suelo.
—¡¡Soy hombre!!
Todo queda en silencio, los hombres se quedan congelados.
—Es... Daniel.
—Estoy confundido.
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Ednac, que también está en el teatro, se acaricia la mejilla con su mano derecha.
—Vaya, vaya. Es Daniel.
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Me quito el vestido y las zapatillas.
—¡Iré a comer, así estaré más tranquilo!
Me quito las medias y me dirijo caminando rápidamente a la salida... Pero estoy en ropa interior solamente.
Las mujeres se ponen completamente rojas y Maisha aparece frente a mí, con mi ropa.
—¡D-Daniel, olvidaste tu ropa!
La tomo con mis manos.
—Gracias.
—¿Te llevo de vuelta?
—Primero comeré algo.
Debo comer para tranquilizarme.
—Te acompaño.
Maisha me tomó de la mano y sonrió.
—Tengamos una cita.
—¿Cita?
... ¿Por qué tengo el presentimiento de que algo pasará?
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—¡Eso fue increíble!
Estuvimos juntos en el festival... Comimos juntos, jugamos juntos... Supongo que hicimos lo que las personas hacen en una cita en un festival.
Fue muy divertido.
—Ya pasaron 3 horas, creo que debo irme.
—Nuestra cita todavía no termina. Falta algo más.
Maisha me acarició la mejilla.
—No permitiré que Desmolfer te aleje de mí.
Comenzó a besarme... Y no pude evitar besarla también.
—M-Maisha... Y-yo...
—¿Quieres ir a mi casa y beber algo?
Esa es una invitación muy directa.
—... Sí, pero no bebo alcohol.
—Fufu. Yo tampoco.- Dijo sonriendo.
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(Mundo 1.)
Sandro está corriendo rápidamente alrededor de Dix, usando su modo verde.
Su velocidad es increíble, da 10 vueltas por segundo.
—¡Más rápido, Sandro!
—S-sí, maestra.
Rei apareció al lado de Dix.
—¿Y Daniel?
—... Ah... ¿Por qué el corazón de Daniel tuvo que cambiar...? Él está algo ocupado.
—¿Ocupado?
—Sí... Ocupado... Mete y saca con Maisha.
—... ¿Eh?
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(3 horas después.)
Estoy poniéndome la ropa... Acabo de tener sexo con Maisha... ¡Maldita sea! ¡Odio ser un pervertido!
Estoy en la habitación de Maisha... Y ella está dormida boca abajo sobre la cama, está desnuda... Su trasero es visible... ¡Ahhhh! ¡¿Por qué sigo teniendo una erección?! ¡Soy un maldito pervertido!
Termino de ponerme la ropa y pongo mi mano izquierda en mi boca.
—Maldita sea...
Me muerdo la mano hasta sacarme sangre.
—¡Maldita sea!
"No debiste hacer eso".
Sí, ya lo sé, voz en mi cabeza.
—Lo sé...
"¿Estás arrepentido?"
—Lo estoy.
"¿Lo volverás a hacer?"
—No lo sé... No lo sé.
Me acuesto sobre la cama y cierro los ojos.
—Soy un pervertido... Odio ser un pervertido.
(Nota del autor: Se viene una gran escena épica, y tiene que ver con la personalidad de Daniel.)