Ante la triste actitud de la mujer frente a él, Subaru pronunció unas vagas palabras.
——La sangre de Capella y su maldición dejó a Crusch en un estado lamentable.
Unas venas ennegrecidas brillaban en su cuello, en el dorso de sus manos y pies, y en toda la piel que era visible. No era difícil imaginar que también le ocurría lo mismo a la piel oculta bajo la fina manta y la ropa que la cubría. Aquellos negros vasos sanguíneos palpitaban en lugar de circular sangre, como si una serpiente se retorciera, estrangulando el delgado cuerpo de Crusch.
Esa piel, antaño blanca, ahora estaba terriblemente profanada.
Naturalmente, el daño no sólo era del cuello para abajo.
El inteligente rostro de la elegante Crusch, que recordaba a una larga espada desenvainada——su lado izquierdo mostraba manchas desfigurantes. En cambio, el lado derecho mantenía su belleza. Eso enfatizaba el contraste entre ambos lados, e hizo más evidente la injusticia de que una persona noble fuese profanada.
Y un parche cubría su ojo izquierdo, como para ocultar algo de un aspecto difícil de imaginar.
_Subaru: ¿Esto es… la misma maldición de la sangre de dragón que me echaron a mí?
Si fuera exactamente lo mismo, entonces esto no sería tan cruel.
Y conociendo a Crusch Karsten, las preocupaciones de Subaru no acabarían ahí.
Subaru bajó la mirada hacia su propia pierna derecha. Al igual que la piel de Crusch, estaba cubierta de venas oscurecidas. Sin embargo, a pesar de su terrible aspecto, la pierna de Subaru no tenía ningún otro problema. No había dolor ni inflamación de ningún tipo.
Pero el caso de Crusch era claramente diferente. Le costaba respirar, y suspiraba cada vez que sus venas pulsaban, como para aguantar el dolor.
_Subaru: Ferris…
Como diciendo "¿No puedes curarla?", Subaru miró al mejor sanador del reino. Sin embargo, ese breve pensamiento de Subaru sólo sirvió para lastimar aún más a Ferris, que apretaba los dientes, impotente.
Ferris estaba mordiéndose los labios e hiriendo sus propios brazos con sus uñas; comprendiendo su falta de poder y más consternado que nadie.
Sabiendo qué relación tenían esos dos, Subaru no tenía motivos para dudar de que Ferris ya había intentado todos los métodos que se le ocurrieron.
_Subaru: Crusch-san… ¿Por qué me…?
¿Por qué me había llamado en una situación tan dolorosa?
Subaru creía que él tampoco podía hacer algo al respecto. Tal vez ella quería decirle algo; como pedir venganza contra Lujuria por haberle hecho esto. Quizá incluso tenía algunas palabras de resentimiento contra Subaru.
Incluso si ella le insultara o le maldijera, él lo aceptaría.
Al oír la pregunta de Subaru, Crusch abrió la boca como si eso le resultara doloroso.
Con sus cinco sentidos concentrados en aquellos labios, sin siquiera ignorar el suspiro que dio Crusch, Subaru se concentró y escuchó.
Y entonces,
_Crusch: …Estás… bien… Me alegro.
_Subaru: …
_Crusch: Me dijeron que… al igual que yo… también fuiste maldecido…
Subaru sintió que Crusch se quitó un peso de encima cuando dio ese suspiro de alivio.
Al mismo tiempo, se dio cuenta de los verdaderos sentimientos de su propio corazón, y se sintió tan furioso por su propia estupidez que quería morir.
Él había pensado que sería más fácil ser criticado.
Había dudado de la integridad de Crusch y había olvidado que ella tenía un corazón noble; cuando en realidad ella sólo había estado preocupada de que Subaru estuviese pasando el mismo dolor que ella.
_Subaru: Lo siento. Lo siento… Crusch-san…
Dudé de su corazón; sufriendo tanto dolor; sin poder sufrir ese dolor en lugar de ella.
Todos esos sentimientos estaban mezclados en la voz que Subaru forzó a través su garganta.
Inconscientemente, Subaru extendió sus manos y tomó la mano que Crusch tenía débilmente sobre su estómago. Aquellos vasos sanguíneos negros no tenían ninguna textura en especial. Que la sensación de la piel no cambiara con esta terrible apariencia era aún más lamentable. Pero,
_Crusch: Fu—u… ¿—?
_Subaru: ¡¿Gah?!
El repentino suspiro de Crusch y el ruido de dolor en la garganta de Subaru se superpusieron.
Se sintió como si hubiera agarrado un hierro al rojo vivo. Inmediatamente, Subaru liberó la mano de Crusch y miró su propia palma.
La erosión negra se extendía por ella.
_Subaru: ¡¿Q—qué—?!
_Ferris: ¡Déjame ver, Subaru-kyun!
Agarrando la adolorida y gimiente mano de Subaru, Ferris inspeccionó la erosión. La luz de su curación iluminó en el lugar, pero ni el dolor ni la afección parecían desvanecerse. En vez de eso——
_Subaru: Ferris… ¡La mano de Crusch-san!
_Ferris: ¿Eh?
La mirada atónita de Subaru obligó a Ferris a mirar en la misma dirección. Y cuando sus ojos amarillos vieron lo mismo que Subaru, también mostraron una expresión de asombro.
Subaru había tomado la mano izquierda de Crusch——en la cual, la erosión había disminuido ligeramente.
Al ver ese cambio, y bajando la mirada hacia su propia mano derecha, Subaru pronunció lo que pasaba por su mente.
_Subaru: No jodas, ¿se pasó del cuerpo de Crusch al mío? …¿En serio?
Era lo único que se podía inferir. La interacción que hubo entre sus manos era directamente restarle a una y sumarle a otra. No había razón para dudar que la maldición hubiera pasado del cuerpo de Crusch al de Subaru.
_Ferris: Pe-pero… ¿Por qué a mí no me ha pasado nada? Examiné el cuerpo de Crusch-sama, la he tocado muchas veces desde que… y-yo…
Ferris sacudió la cabeza ante la teoría de Subaru.
Lo que Subaru vio en su rostro no era alegría por encontrar una posible cura, sino sospechas de que la teoría fuera falsa. Sin embargo, los sentimientos de Subaru eran completamente diferentes.
_Ferris: No puedo hacer que Crusch-sama se sienta mejor…
_Subaru: Entonces, voy a probarlo una vez más.
Haciendo a un lado al abatido Ferris, Subaru se paró una vez más junto a Crusch, quien no era consciente de lo que acababa de ocurrir y aún dirigía una mirada penetrante a Subaru mientras él se le acercaba. Con tal de no tener cara tensa ante esa mirada tuerta por el parche en el ojo, Subaru respiró hondo.
Para comprobarlo de nuevo, Subaru rozó ligeramente la mejilla de Crusch.
_Subaru: ——¡Guh, ugh!
Inmediatamente después, el cerebro de Subaru fue apuñalado; por un dolor como si sus venas se llenaran con magma. La maldición en el cuerpo de Crusch fluyó hacia él a través de sus dedos y quemó sus sentidos.
_Subaru: ¡Ga… AAAAH!
Sintiendo dolores punzantes difíciles de soportar, a Subaru se le escapó un fuerte grito y su cuerpo se echó hacia atrás; tanto, que cayó hacia atrás y la mano que estaba tocando a Crusch se alejó.
_Subaru: haa, uf, uf…
Sus pulmones se estremecieron y sus globos oculares se estrecharon.
Como un pez fuera del agua, Subaru tomaba oxígeno desesperadamente.