Me levanté pensando en Daniel, en como me gustaría que viniera con Adam y conmigo por las mañanas. Solo por el hecho de verle un poco más al día, hubiera dado lo que fuera. Mi corazón me pedia verle a cada segundo del día, pero tenía mucho miedo de que todo solo fuera una ilusión mía. Seguía en las nubes cuando le di los buenos días a Adam, iba a ponerme en marcha cuando Adam me dijo:
-¡Espera! Tenemos que esperar a Dan, viene con nosotros, por cierto me ha pedido que le llame Dan.- Baje de las nubes rápidamente, asustada y sorprendida pregunte:
-¿A Daniel? ¿Por qué?- Adam me contó que esa noche hablaron y que le había contado que íbamos todas las mañanas a hacer los recados juntos. Daniel le dijo que él también se apuntaba a ir con nosotros, que le esperáramos. No tuvimos que esperarle mucho, mientras hablábamos apareció. Llevaba una camiseta de tirantes negra que se le pegaba al cuerpo y el bañador azul oscuro." ¡Dios! Que guapo está con esa ropa" pensé, estaba embobada mirándole cuando dijo:
-Emily, ¿pasa algo?- Pillada gire la cabeza y dije un tímido "nada". Esta vez las compras se me hicieron cortas, quedamos en vernos en la playa. Adam me propuso llevar su canoa hinchable, asentí y con la ayuda de su padre llevamos la canoa sin problemas.
Nos pusimos a jugar, tirándonos los unos a los otros, al final se cansaron y nos quedamos Daniel y yo solos. En mi mente me decía que era mucha casualidad, ¿no? Pero no dije nada me lo guarde para mí, estábamos hablando de que hacer esa tarde cuando una ola golpeo la canoa justo donde yo estaba sentada. La canoa se levanto y caí encima de Daniel que sorprendido me había cogido para que no nos cayéramos. Cuando se me paso el susto, me di cuenta de que estaba abrazada a Daniel y que él me tenía cogida por la cintura. No me moví hasta que él me dijo retirándose un poco:
-¡Que susto! ¿Estas bien?- Asentí con la cabeza y le dije de salir y tomar el sol.
Al llegar me tumbe boca abajo, sujetándome de los codos pero con las manos sobre la toalla, Daniel puso su toalla a mi lado y se acostó igual. Estábamos en silencio mirando, como los demás nadaban y jugaban a ahogarse. Su mano izquierda tan estaba cerca de la mía que casi podían tocarse, en el momento que lo pensaba uno de sus dedos acaricio mi mano. Le miré sorprendida y él me sonrió, poco a poco su mano se acercó hasta que cubrió la mía. Estuvimos unos minutos así, sin decirnos nada solo cogidos de la mano, cuando los demás volvían me soltó la mano. Quedamos en ir a casa Daniel esa tarde, no sé que me pasaba pero mi mente solo quería pensar en Daniel. Esa tarde cuando fui a recoger a Adam me dijo que se iba a casa de sus tíos y que no podía venir. Mi prima estaba castigada, así que fui sola a casa Daniel, al llegar respiré hondo y llamé. Me abrió Daniel y salió diciendo:
-Parece que mi hermana le ha hecho algo a mi madre por que esta castigada, ¿quieres jugar mientras vienen los demás?- Asentí y fuimos al garaje y nos pusimos a jugar. Mientras jugábamos Daniel me comentó que le gustaba el color rojo, su deporte favorito era el futbol, le encantaba el chocolate, su comida favorita era la pizza, le gustaba leer terror, salir con sus amigos y sus películas favoritas eran las de terror fuerte. Después me dijo:
-¡Te toca! ¿Cuáles son las cosas que te gustan más?- Riéndome un poco al tiempo que me sonrojaba dije:
-Pues mi deporte favorito es el voleibol, mi color es el negro, me gustan el chocolate y la fresa por igual, mi comida favorita son los tallarines a la carbonara, me encantan las películas de amor y de Drama. Aunque tampoco le hago ascos a las de acción. Además me apasiona bailar y montar puzles. También suelo leer historias de fantasía y amor.-Pensé con pesar que no teníamos mucho en común.
Daniel me preguntó sonriendo y con curiosidad:
-¿No te gustan las pelis de miedo? Pero si le gustan a todo el mundo.- Un poco depre le dije:
-¿Te acuerdas que vimos una en tu casa?- Él riéndose me dijo:
-¿Cómo olvidarlo? Tuve que abrazarte para que te calmaras, pero no lo entiendo esa película no daba miedo. ¿Por qué les tienes tanto miedo?- Le dije que no lo sabía, que solo era un miedica, Daniel dijo sonriendo:
-Es divertido mirarlas contigo, saltas enseguida eso mola, le das emoción a la película.- Seguíamos hablando cuando nos dimos cuenta de que eran las seis y media, no había venido nadie de la pandilla.
Fuimos a casa de los demás, resulto que algunos no estaban y otros no podían salir. Por el camino nos paramos a comprarnos unos helados, como es lógico me pedí uno de fresa. Mientras nos comíamos los helados Daniel me dijo:
-Hoy a mi hermana se le ha escapado algo que creo que no tendría que saber, ¿sabes de lo que te hablo?- Le mire sorprendida y negué con la cabeza. Él me dijo:
-Me mentiste cuando me dijiste que habías rechazado al chico ese, mi hermana me ha dicho que durante el viaje has estado saliendo con un tal Pablo.- Un poco confundida le dije:
-¿Pablo?, ¿mi mejor amigo?-Asintió con la cabeza así que le conté:
-Realmente no estuvimos saliendo, había un chico que estaba detrás de mí. Como no me dejaba tranquila fingimos que era mi novio para que me dejara en paz.- Daniel dijo:
-¡Que fuerte, eso no me lo esperaba! Ella me dijo que te había visto besándole, ¿eso es cierto o no?- Le miré un poco extrañada de que supiera tanto y le dije:
-Si es cierto, solo nos dimos un par de picos. En una ocasión me pidió que fuera con él a una caseta de madera del parque, entramos y me dijo que frotara mis labios con la camiseta y después que me los mojara antes de salir. Todos se pensaron que nos habíamos estado enrollandonos pero no había pasado nada.- Daniel me miraba la boca mientras se lo contaba, cuando termine me dijo:
-Es una buena estrategia, se te quedan los labios igual que cuando besas a alguien durante un rato.- Con fingida tranquilidad le dije:
-¡Tú lo sabrás! Yo nunca he besado a nadie de ese modo, seria difícil vamos creo yo.- Daniel sorprendido y casi como si lo hubiera pillado cambio de tema, cuando nos terminamos los helados nos fuimos a casa.
La mañana del viernes quedamos que para esa tarde iríamos al cine del pueblo de al lado. Me puse un vestido un poco corto negro, con unas sandalias de color negro, me dejé el pelo suelto y me maquille un poquito. No quería ir como iba siempre, Adam al verme me dijo que estaba muy guapa. Nos fuimos a la parada del bus donde estaban los demás ya esperando, se habían arreglado como yo, nos sentamos donde habían sitios libres. Al llegar fuimos directos a ver la cartelera, todos querían ver la película de miedo. Yo no quería entrar, todos sabían que me dan miedo esas películas pero igualmente querían verla, Daniel me dijo bajito:
-¿Te acuerdas de lo que te dije el otro día?- Le mire como preguntándole que quería decir, él continuó diciendo:
-Sin ti esta película no tendrá emoción para mí, pero si estas a mi lado me encantara.- Después en voz alta me dijo que si entraba me invitaría luego a lo que yo quisiera. Todos intentaron convencerme, yo seguía mirando a Daniel y él seguía convenciéndome. Al final entre con ellos, la película era de sustos y terror sicológico, en una escena me cubrí los ojos saltando de mi asiento por el susto. Daniel que estaba a mi lado me dijo:
-Cógete de mi brazo, si tienes miedo tapate. Verás como te ayuda y si aun así sigues con miedo te acompaño fuera.- No me decidía pero su brazo estaba cerca de mi mano, en la escena siguiente donde moría uno de los protagonistas me abrace a él. María riéndose me dijo por lo bajo que era una miedica sin mala intención, Gina lo oyó y empezó a burlarse de verdad y con maldad. Al salir, me relaje un poco pero mi calma llego a su fin cuando Gina empezó a meterse conmigo por ser tan miedica. Empezó a hacerme bromas pesadas, intente aguantar las bromas pero la paciencia tiene un limite. Me enfade y les dije gritando:
-¡Me voy! ¡Ya nos veremos mañana!- Me fui sola, los demás me llamaron y me gritaban que no me fuera. No les hice caso estaba muy enfadada y siempre que me enfado me dan ganas de llorar. Fui casi directa a la casa de mi tía que estaba en ese pueblo, no me di cuenta de que Daniel venia siguiéndome hasta que mi tía me dijo:
-¿Y este chico, quien es?- Al girarme le vi sonriendo, se lo presente a mi tía después con la escusa de que estaba de paso y había decidido saludarla, al poco nos fuimos. No dijimos nada durante un buen rato mientras volvíamos, hasta que Daniel me dijo:
-¡Emily! No sabes cuanto lo siento, ha sido culpa mía por convencerte. No esperaba que pasara esto, ¿puedes perdonarme?- Estaba arrepentido de verdad, pero no era culpa suya, le dije:
-No es eso, es solo que Gina se pasa con las bromas, no me cae bien, es muy creída y no para de meterse conmigo. Encima se pasa el día sonriéndote y mirándote…..- Me quede muda por que se me había escapado, lo había dicho sin pensar, Daniel sonriendo me dijo:
-¿Te molesta que me mire?, ¿Por qué? Tú también me miras mucho y he de añadir que no me molesta.-Avergonzada le dije que no era cierto que le miraba mucho, pero la verdad era que tenia razón. Daniel me cogió de la mano y dijo cariñoso:
-Emi, ¡venga dime!- me sorprendió por ese diminutivo así que lo mire- ¿Por qué te molesta que me mire Gina?- No sabía como escapar pero le dije:
- No lo se simplemente me molesta que te mire como lo hace, es como si quisiera…. no sé cómo explicarlo simplemente es así.- Me calle sin saber como seguir, pero le dije un poco asustada:
-¿Te acuerdas que te dije que me gustaba alguien que conocías?- Daniel asintió- Pues a esa persona la conoces muy bien, pero no creo que puedas ayudarme a gustarle.- Daniel riéndose me dijo:
-¿No seré yo, verdad?- Me quedé sin voz, lo acertó a la primera, le mire un tanto sorprendida y asentí con la cabeza. Daniel paro de reírse y me dijo:
-Acordamos que seriamos amigos, no puedo verte ahora de esa manera, ¿me entiendes?- Le dije que si aunque no lo entendía realmente y volvimos con los demás, no dijimos nada pero al verme la cara Adam vino a hablar conmigo. Adam siempre me había dicho que conociéndome de tanto tiempo, para él yo era un libro abierto.