Cuando Sei vio lo aturdida que estaba, su sonrisa desapareció. Estaba a punto de hablar cuando Davi posó ambas manos en sus mejillas.
—Sonríe de nuevo, por favor. —dijo de repente, lucía tan emocionada, como si acabara de ver a su mascota sonreír por primera vez y quería que lo hiciera de nuevo.
—Por favor, sonríe de nuevo. —le suplicó mientras, una vez más, el hombre se quedó sin palabras. Más de tres puntos invisibles aparecieron sobre su cabeza al observarla suplicando. Bueno, Sei no se dio cuenta de que acababa de sonreír.
A los segundos, Davi comenzó a apretar sus mejillas con gentileza mientras seguía suplicando con estrellas en los ojos.
Pero antes de que Sei pudiera decir algo, llegó el Sr. Chen.
—Lo siento, señorita, pero el joven amo debe contestar esta llamada. —dijo a medida que le entregaba el teléfono al hombre.