Ah Shiliu se había divertido mucho. Ella tenía todas las cosas que se le habían venido a la mente. Ahora, ella tenía una expresión de satisfacción.
La noche estaba llegando. Song Shuhang la acompañaba y fueron hasta el último piso de la mansión Guo Xin.
Ah Shiliu se estaba apoyando sobre la barandilla, mirando el ventoso escenario nocturno de los alrededores de la ciudad universitaria Jiangnan. A su lado estaba una bolsa enorme, contenía todas las cosas que había comprado.
—¿Estas cansado? —Ah Shiliu giró su cabeza y le preguntó.
—Estoy bien —Song Shuhang le contestó.
Al final, él era un cultivador que había abierto la Apertura del Corazón. Él estaba lleno de fuerza y no era tan débil como esos protagonistas que siempre acababan muertos luego de acompañar chicas por medio día.
—Jaja. ¡Realmente es desafortunado —Ah Shiliu estiraba su cuerpo y le decía—, pero por hoy lo tendremos que dejar aquí! ¡Ah Qi vendrá por mí en un rato!