Xiao Yan vio las cenizas que se esparcieron con el viento indiferentemente y limpió gentilmente el polvo de sus manos. No hubo ni la onda más mínima en su corazón. Sabía que Fan Lao ya poseía una intención asesina certera hacia él hacía dos años. Dado el carácter de Xiao Yan, temía más permitir que esa persona, quien poseía una actitud cruel hacia él, sobreviviera en ese mundo. Fan Lao había huido afortunadamente en aquel entonces. Sin embargo, esa ocasión, ya no tuvo esa buena suerte.
—Ahora, sigue Han Feng…
Las alas de fuego verde jade de la espalda de Xiao Yan se agitaron lentamente. Su mirada se dirigió al cielo del norte. Ese lugar era el territorio de la llama Alianza Negra. Ese 'sénior' suyo estaba dominando ese lugar y se volvió un cacique despreocupadamente.
—Has vivido muy bien durante estos dos años… pero pronto…