En la exuberante y verde cima de montaña, la joven volteó lentamente su cuerpo. Ella observó la sombra verde con una rodilla en el suelo. Luego de un largo rato, una sonrisa algo gentil apareció en su exquisito rostro. Ella dijo suavemente:
—Ha pasado más de un año. Xiao Yan-gege finalmente llegó a ese lugar…
Viendo el rostro hermoso y gentil de la joven, la sombra de color verde permaneció sabiamente en silencio. Él esperó un largo rato antes de que la vista de la primera se volviese a centrar en su cuerpo. Solo entonces él habló lenta y vagamente acerca de algunas experiencias que Xiao Yan tuvo durante ese periodo de tiempo.
De pie junto al acantilado, Xun Er escuchó en silencio las tantas cosas emocionantes que habían saltado de la boca de la sombra. Cuando ella escuchó que Xiao Yan fue gravemente herido tras luchas con dos Dou Huang, un dolor de cabeza y una sorpresa destellaron en sus suaves ojos de agua de otoño.