Observando el rostro lindo que había aparecido abruptamente en la parte baja del acantilado, Xiao Yan estaba sorprendido. Sin embargo, logró recuperarse rápidamente y, tras echar un vistazo más atento, se dio cuenta de que la dama era Xiao Yi Xian del grupo de recolección de hierbas medicinales.
En el acantilado, las dos miradas siguieron viéndose, presentando una escena extraña.
—Puedes… ¿Puedes subirme?
Después de mirarse por un momento, Xiao Yi Xian fue la primera en romper el ambiente incómodo con su voz un tanto gentil.
Xiao Yan parpadeó y asintió como si nada hubiera pasado. Sujetó la pequeña mano que Xiao Yi Xian había extendido y, con un poco de fuerza, la levantó de la parte baja del acantilado. Su cuerpo frágil mostró una hermosa curva en medio del aire mientras saltaba al borde del acantilado.
—Gracias.