En la Jungla de Demonios, la resplandeciente luna plateada había apartado las oscuras nubes en el cielo, pero su luz había regresado a la normalidad.
No obstante, mientras la figura rubia se volvía más nítida, la fría y solitaria luz lunar se había proyectado sobre la totalidad de la torre mágica, dándole un aire de paz y tranquilidad.
Junto a los pies de Alterna, Danisos se había vuelto tan pequeño como Alferris, el Cristalito, y tenía una horrorosa lesión en la espalda. Trozos de carne cubiertos en llamas negras estaban cayendo al suelo, revelando así su columna y sus órganos transparentes y deformes. Lo que era aún peor era que la mitad de sus alas había sido cortada, dejando a la vista sus huesos.