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Entre una organización bien establecida y bien aceitada, y una que está plagada de problemas. Era tan claro como el día a cuál de las compañías ellos elegirían para hacer negocios.
Xiang Jinxi se sostuvo la frente; lucía sombrío.
Después de un momento, finalmente se las arregló para frenar su ira.
—Dile al equipo de negocios que la compañía está dispuesta a ceder el diez por ciento más, y haz que lo intenten de nuevo.
—Está bien.
Chi Yun obedeció sus órdenes.
Xiang Jinxi se acostó en la gran silla de oficina, mientras que los signos del cansancio aparecieron por el borde de sus ojos.
Él había subestimado a Huo Yunting.
Huo Yunting simplemente se reía ante sus burlas y peleas; o ni siquiera se tomaba la molestia.
En ese momento, había pensado que eso era todo lo que Huo Yunting era capaz de hacer, pero ahora, simplemente no se molestó en luchar contra él.
Pero no importa.
¡Aún no había perdido!