¡Al retorcerle las manos en una extraña posición le dolió tanto que al instante se puso a sudar frío!
—¡Ahhhh! —gritó el hombre.
¡No esperaba que un niño tuviera tanta fuerza!
—Tío, ¿qué quieres decir con que estoy interrumpiendo tu tiempo feliz?
—¡¿Qué demonios tiene que ver contigo?! Esta es mi mujer... ¡mi esposa! ¡Lo que haga con ella no es asunto tuyo! —El hombre respondió con cruda desazón.
—¿Tu mujer?
Parpadeó sus ojos de cervatillo, el chico sonrió rápidamente y luego se volvió para preguntarle a la chica.
—¿Eres su novia?
La chica se quedó atónita al ver a un hombre fuerte siendo maltratado por un niño pequeño y le pareció increíble. Sin embargo, como si se aferrara a su última esperanza, escupió:
—¡N…No! No, yo... ¡no lo conozco!
—Oh —asintió con la cabeza y luego le dijo al hombre—: ¡Mira, ella no te conoce! ¡Qué desvergonzado eres al forzarla a someterse ante ti!