Youyou sacudió la cabeza.
—Estoy harto de comer eso.
—¿Eh? ¿Lo comes todos los días?
—Sé cómo cocinarlo —pensó para sí mismo; suelo cocinar comida occidental en casa; los platos que se sirven en estos restaurantes occidentales no sólo son poco auténticos, sino que también están por debajo de la media.
En vez de comida occidental, le apasionaba más la comida china.
El Pequeño Yichen se lamió los labios y declaró:
—¡Yo también tengo un poco de hambre! De hecho, me gustaría comer pizza.
—La pizza sabe horrible —respondió sin piedad.
—No me gusta la pizza.
El chico mayor se quedó en silencio y luego se rindió ante él.
—Muy bien, entonces. ¡Iremos a buscar algo que te guste comer!
Sonrió gentilmente, con los ojos llenos de amor por su hermano.
El corazón del chico más joven se saltó un latido al verlo.