Ella le tomó de la mano con la intención de congraciarse con él.
—Abuelo, tengo miedo, tengo mucho miedo. Tienes que creerme. Si este niño en mi vientre no es suyo, ¿de quién más puede ser? Me acusó de tener una aventura con otro hombre, pero ¿cómo podría hacerlo? Abuelo, por favor, créele a Wanrou, no haría nada para traicionarlo a él, a ti o a la familia Mu.
Asintió solemnemente, claramente convencido por su argumento.
—Yo te creo; ¿cómo puede mi Wanrou ser capaz de tal vileza? ¡El abuelo te cree completamente!
—¡Sin embargo, él realmente quiere hacer una prueba de paternidad conmigo! Abuelo, no es que no quiera; es que... no soporto la idea de perder a este niño por culpa de ese procedimiento. Después de todo, no estoy segura de poder concebir de nuevo en esta vida.
Sus conmovedoras palabras transmitían tristeza y agitación, las que le rompieron el corazón. Mirando su lamentable apariencia, él le aseguró: