Él estaba muy enfurecido por sus palabras tan indignantes. Había estado reprimiendo su ira y antes se había guardado su resentimiento hacia Gu Xingze; debido a todo ello, a que no había podido expresar sus frustraciones, ya estaba en su punto de quiebre.
Las palabras censuradoras de Ye Minglan terminaron siendo la última gota que le colmó el vaso y expresó todas sus quejas al mismo tiempo en voz alta.
—¡Maldita sea, Ye Minglan! ¡¿Qué quieres decir con eso?! Le estuviste adulando toda la noche con tu "Maestro Gu". ¡¿Cuán capaz puede ser?! ¿La familia Gu? ¡Jajaja! ¡¿Qué hay de él siendo un Gu?! Escuché que es un simple mestizo, ¡un b*stardo del Viejo Gu con su amante! ¡Se comporta como un emperador sólo porque es miembro de la familia Gu! ¡¿Acaso es capaz de aplastar a la familia Li bajo sus pies?!
Un destello de desdén pasó por los ojos de ella.