La comisura de sus labios empezó a decaer con frialdad. Como su mente estaba en otra parte desde el principio, ¡era de esperar que la situación se tornarse en ese momento un poco incómoda!
Song Enya también se sintió extremadamente incómoda; cuando recordó las palabras que no debería haberle dicho al hombre, por un momento, se quedó sin saber cómo suavizar las cosas.
Mientras tanto, Jiang Qimeng se rio secamente dos veces, pero en el fondo, estaba totalmente disgustada.
Hoy era el Día del Niño, por lo que había permitido que Song Enya llevara a Song Enxi al parque de diversiones para un día de entretención. Las dos habían salido en una sola pieza, pero la siguiente vez que se habían encontrado su hija menor estaba en el hospital debido a una lesión en la cabeza.
Había sido informada de lo que había sucedido por Song Enya. Pero ésta no se había expresado claramente por teléfono, y sólo le había echado toda la culpa a Yichen.