Atrapado desprevenido, se quedó con el aliento entrecortado.
Esa era la primera vez que esos dos pequeños muchachos se encontraban a tal proximidad, separados sólo por un juguete gigante.
Youyou no podía ver la cara del niño porque estaba bloqueada por el panda gigante, pero por la altura de ese peluche, podía deducir que el niño debía ser mayor que él.
―¿Tu papá ganó este peluche para ti?
Tímidamente, la voz apagada del Pequeño Yichen se escuchó respondiendo desde detrás del juguete gigante.
―No… Yo… ¡Yo gané esto!
―¿Es ese el juego en el que tienes que disparar los globos para poder ganar ese premio?
Youyou se quedó alucinado.
―¡Ajá!
Él sonrió. ―¡Wow! ¡Increíble!
Aun así, por dentro, tenía dudas. ¿Cómo es eso posible?
Ese juego era considerado como uno de los más difíciles incluso para la mayoría de los adultos. ¿Cómo podría un simple niño vencer ese desafío?