―Tía, tengo algo que hacer, ¡así que debo irme ahora! ¡Te lo explicaré después!
Con esa excusa, se dio vuelta rápidamente y huyó en pánico.
Yun Lingru frunció el ceño y entrecerró los ojos para ver como su sobrina se iba huyendo. ¡Esa chica se veía tan sospechosa como sonaba!
Sin embargo, no era su hija, por lo que no le importaba si su sobrina estaba en algo malo. Incluso si algo vergonzoso le pasara a la familia de sus parientes por culpa de su sobrina, ¡a ella no le importaba, mientras no estuviese involucrada! ¡Después de todo, no podía permitirse perder su reputación!
Se metió en el ascensor mientras pensaba en ello.
Yun Shishi seguía temblando de miedo incluso cuando estuvo fuera del hospital.
Debido a ese hombre sin escrúpulos que no podía comportarse ni siquiera en un espacio público como el interior de un ascensor, fue atrapada en plena acción por su tía. Gracias a él, ella había sido incapaz de salir airosa de esa encrucijada.