Shen Lingqing tuvo que admitir que la persona que su abuelo le recomendó tenía mucho potencial. Si tan solo Yang Fangjin pudiera dejar de lado sus bromas superficiales y comentarios pervertidos que siempre lograban irritar a la princesa Shen...
Los pasteles de luna nevados que Shen Lingqing había probado antes no estaban nada mal. De hecho, si pudiera ser honesta, diría que fue uno de los mejores pasteles de luna que probó hasta ahora que no fueron hechos por su madre o el tío Lingyu.
Por el rabillo del ojo, vio llegar a Liu Jinfei junto con Lin Xiao.
Antes de que se anunciaran los ganadores de la competencia del festival, ella y He Haotian ya habían salido del pabellón para preguntar por el paradero de Yang Fangjin. No era como si no le importara el resultado de la competencia, pero ya vio los que necesitaba ver después del estricto entrenamiento de sus dos chefs. Sorprendentemente, estaba bastante satisfecha con él.