La oscuridad fue lo primero que notó Shen Yi cuando recuperó la conciencia; Lo siguiente fue el dolor que irradiaba por todo su cuerpo como si hubiera sido golpeado por un camión o golpeado contra la pared con toda su fuerza.
Shen Yi gimió antes de abrir el ojo para ver quién sostenía su mano.
—¿Papá? —murmuró lo que fue seguido con un gruñido ya que le dolía respirar en ese momento.
—Yi, no te muevas —le dijo Shen Huang. Había una mezcla de emociones arremolinándose en sus ojos mientras miraba a su hijo.
—¿Qué pasó? —El niño trató de sentarse pero falló. Sus heridas fueron tan severas que gritó de dolor que se disparó por todo su cuerpo. Era como si estuviera reviviendo el accidente que instantáneamente le recordó lo que ocurrió después de abandonar a los Lus.
Sus ojos miraban con incredulidad a su padre, su mano se extendía para sostener la muñeca de Shen Huang.