Lu Xinyi estaba desconcertada con lo que estaba escuchando de su prima. No podía creer que Sun Qiyan empujara a su propia hermana a esa horrible situación.
Su prima menor estaba empezando a ponerse histérica. Era como si cada sonido que salía de su boca estuviera ajustado a la frecuencia que haría pedazos su corazón una y otra vez y otra vez.
—Me tomó por la fuerza y me mantuvo escondida de todos. Me dijo que ahora le pertenezco, y que ni la familia Sun puede alejarme de él...
Cuando los sollozos desgarradores pasaron, ella lloró de una manera tan desoladora que nadie pudo soportar escuchar por mucho tiempo. La señora Su, que la estaba cuidando desde que llegó, se cubrió la boca y lloró en silencio. Nunca pensó que Sun Qiushan había experimentado algo tan horrible por parte de su propia hermana.