Cuando Lu Xinyi regresó a la sala de estar, vio la actitud relajada de su esposo. Sus brazos estaban estirados tranquilamente en el respaldo del sofá y reposabrazos, con los ojos cerrados.
Apenas ella entró al salón, abrió los ojos lentamente y la miró. Esta vez, sus oídos estaban mucho mejor. Estaba esperando a que le llevara los sándwiches que hizo para ellos.
Sus ojos escudriñaron el plato que se le presentó. Parecían sándwiches de queso fundido normales, pero, por alguna razón, podía ver señales de advertencia mientras su esposa le miraba ansiosa.
¿Qué que había puesto esa diabla a los sándwiches ?
Shen Yi la observó desde su lugar en el sofá. Sus dedos agarraron uno y lo dio vuelta para verlo por ambos lados. Cuando vio algo verde y cremoso entre el pan, y dirigió la mirada a su esposa.
Esta diablita planeaba vengarse de él esa noche. Qué lástima, porque no planeaba perder ante ella.
—¿Sándwiches de queso fundido en la noche?