La voz de Rong Haiyue era bastante estridente, y llamó la atención de un policía. Rong Xuan cerró de inmediato la puerta con llave. Solo había cuatro personas en esa habitación, dos parejas. Rong Haiyue miró a Rong Xuan como si mirara a una mujer loca. Alargó la mano para agarrarla del brazo y la miró con sus ojos enrojecidos, preguntando despacio:
—En aquellos días, estabas realmente embarazada y diste a luz a mi hija, pero la abandonaste, ¿verdad?
Rong Xuan lo miró con pena y no dijo nada. Esa actitud era, sin duda, una confirmación a las conjeturas de Rong Haiyue. Él se quedó en silencio antes de echarse a reír repentinamente.
—¿Y de dónde ha salido Anna? No es tu hija, ni la mía. ¿Quiénes son sus padres biológicos?