—¿Alguno de ustedes huele algo? —El segundo día, Luo Yuan de repente preguntó justo antes del mediodía.
—¡No! —El resto sacudió la cabeza.
Luo Yuan vaciló e inspiró nuevamente, esta vez el olor era más penetrante. Olía como huevos podridos. El olor le era vagamente familiar, como si ya lo hubiera sentido en otro lugar.
Pronto recordó que era el olor de un volcán, era similar al de una erupción volcánica. Luo Yuan, sin embargo, no pareció molestarse, el riesgo de toparse con un volcán en erupción y un volcán que pronto explotaría, eran dos cosas completamente diferentes. Si lo primero sucediera, lo mejor sería correr lo más lejos posible. Por otro lado, si sucediera lo segundo, antes el volcán emitiría un denso humo continuo y tal vez podrían pasar cien años sin una erupción.
A medida que se acercaban al volcán, uno por uno, el resto comenzó a percibir el olor.