Con el paso del tiempo el Sol calentaba cada vez más. Chen Jiayi, que había estado expuesta a la luz del sol, se detuvo como si hubiera sido petrificada.
Solo cuando Wang Shishi la llamó, finalmente ella reaccionó. Era como si de repente hubiera recobrado la vida.
Se quedó aturdida por un rato, pero rápidamente giró su cuerpo. Su cara estaba cubierta de musgo y sus sentidos estaban como mareados. Con de un par de brillantes y oscuros ojos miró a todos sorprendida.
Subconscientemente todos retrocedieron un paso y la miraron aterrorizados, incluso sus amigos, Deng Chao y Zhong Chujiang.
Los ojos brillantes de Chen Jiayi se atenuaron al instante, se sentía preocupada e inferior a los demás.
Luo Yuan notó su reacción con alivio, era una reacción normal, significaba que aún no había perdido la cordura. Ella era diferente a un humano mutante.
—¿Cómo te sientes ahora?