—He traído armas de fuego y ropa nueva, distribúyalas más tarde —dijo Luo Yuan a Zhou Yicheng. Este último accedió instantáneamente y se volvió hacia las armas.
—Espera... ¿Cómo está la recuperación de tus miembros lesionados? —Luo Yuan lo detuvo.
—Están mucho mejor ahora. La mayoría de sus heridas ya han formado costras. Estarán bien siempre y cuando sus heridas no entren en contacto con el agua ——respondió Zhou Yicheng después de pensar.
—Me temo que va a llover hoy —Luo Yuan negó con la cabeza en respuesta.
—Solo puedo esperar que pasen —Zhou Yicheng respondió y continuó. —El tiempo no espera a ningún hombre.