—Es bueno tener carne de cañón —dijo el líder de los cinco a Luo Yuan mientras cortaba la cabeza de una rata mutante con un Kukri[1]. El hombre se llamaba Huang Yaoguang y era líder de un equipo de seguridad para una compañía. Unos días después de que la compañía fuera cerrada, juntó a algunos de sus compañeros y comenzó a quedarse en el abrevadero. Si no fuera por Luo Yuan, que los salvó durante su último encuentro con un gran grupo de ratas, ya se habrían convertido en huesos. Por eso, él y su grupo siguieron a Luo Yuan tan pronto como se fueron.
—¡Esta multitud desaparecerá en el momento en que haya peligro! —Dijo Luo Yuan mientras miraba a lo lejos. No se veía mucho. A pesar de que muchas personas se habían ido aún quedaban más de mil en los pocos kilómetros cuadrados del vertedero.
El grupo de ratas era muy grande, probablemente el grupo más grande en las últimas dos semanas. Cuanto más profundo iban más frecuentes eran los combates y más cadáveres se podían encontrar en el suelo.
Ocasionalmente, algunas ratas mutantes se podían ver masticando los cadáveres mientras los intestinos y los órganos internos se extendían por el suelo. Una mezcla de olor a sangre y el particular olor del vertedero habían formado un extraño olor nauseabundo.
—Miren, ¿qué es eso? —Gritó de repente alguien en el frente. La muchedumbre miró en esa dirección y vio un pedazo de manta gris que estaba a cientos de metros y acercándose. Luego hubo disparos y la lucha comenzó. Algunos corrieron desesperadamente hacia atrás y otros muchos hacia adelante. El ambiente se volvió bullicioso.
No era una manta sino un gran grupo de ratas mutantes que se habían reunido. Cubrían una gran área de más de cien metros y avanzaban como una gran ola.
—Vamos, el rey de las ratas debe estar allí—gritó Chen Haiyan. Corrió hacia adelante al terminar de hablar. Los otros aumentaron su velocidad también y fueron a la línea hacia el frente. Cuando vieron lo que estaba sucediendo, se quedaron boquiabiertos de asombro.
Estaba lleno de ratas, cubrían toda el área de la montaña de basura. Aunque solo veían una parte, había miles de ellas. Si Luo Yuan no hubiera estado rodeado por más de un centenar de personas continuamente luchando y muchos más que aún venían a unirse, ya se hubiera rendido.
—¡Mátenlas! —Gritó Chen Haiyan y condujo a su equipo a la pelea. Con solo unos cuantos golpes de su cuchillo ya había matado algunas ratas. A medida que se movía con sus ágiles pies y cuerpo, tajó, picó, rebanó, barrió, decapito, arrasó, tiró, cortó y utilizó otras técnicas con el cuchillo. Las ratas no podían acercarse a él.
—Señor Luo, ¿qué hacemos? —Como Huang Yaoguang y su equipo no fueron llamados por Chen Haiyan y admiraban a Luo Yuan, no atacaron inmediatamente, sino que le preguntaron qué debían hacer.
—Son solo algunas ratas, no son una amenaza real. Ustedes se quedan atrás y me ayudan a detenerlas por los lados —Luo Yuan sintió excitación al ver el desempeño de Chen Haiyan.
—Bien, lo haremos. Tendrán que pasar sobre nuestros cadáveres para escapar —Huang Yaoguang prometió de inmediato porque sabía que este movimiento reduciría la presión sobre ellos. Luo Yuan asintió y avanzó con su espada lista.
Después de un largo período de entrenamiento su habilidad con el machete había aumentado a 13 puntos, su capacidad era mucho más fuerte en comparación a la que tenía cuando fue a ciudad Yushui. La espada en la mano era como una parte de su cuerpo, lo que le permitía controlarla fácilmente. La hoja de su espada brillaba radiante y antes de que las ratas lograran acercarse a él, sus cabezas ya estaban cortadas, sangre fresca salpicaba el suelo.
En comparación con la habilidad con el cuchillo de Chen Haiyan, que no tenía mucha técnica, pero era muy exacto y preciso con las que tenía. La única especialidad que tenía era la velocidad. Sus cortes eran tan rápidos que una persona normal apenas podía ver sus movimientos. Así, Huang Yaoguang y los otros tenían poco que hacer.
Aparte de Luo Yuan y Chen Haiyan, estaba el hombre de mediana edad, Qian Dakui, que también era un espectáculo. Él rugió, dobló su cuerpo, sostuvo su escudo y se precipitó temerario hacia un grupo de ratas. Era muy fuerte y junto con su escudo, que tenía muchas cuchillas afiladas soldadas, derribó todas las ratas que tenía delante. Todas quedaban mutiladas o muertas.
Después de correr unos pocos metros, se detuvo, giró su escudo alrededor de su cuerpo y derribó a algunas ratas mutantes que trataban de atacarlo por los costados. Entonces, sacó su cuchillo y cortó sin parar. Aunque su habilidad con el cuchillo no era tan buena como la de Luo Yuan y Chen Haiyan, podía protegerse fácilmente de los ataques de las ratas.
El jefe Zhou y sus dos subordinados se quedaron atrás y solo dispararon de vez en cuando para matar a las ratas que escapaban. Para ellos, cada bala era preciosa y no podían matar sin parar como el resto. Además de eso, no habían traído muchas balas así que solo podían usarlas en un momento crucial.
A medida que la multitud avanzaba, los cadáveres quedaban atrás. Había cadáveres tanto de ratas mutantes como de hombres, pero sobre todo de ratas.
Después de unos diez minutos, el grupo se había movido unos pocos cientos de metros y el número de personas que los seguían había aumentado a más de mil. El tamaño del grupo de las ratas se había ido reduciendo gradualmente.
De repente, sonó un gruñido a lo lejos. No sonaba como una rata sino más bien como el rugido de una bestia feroz. Al oírlo, las ratas mutantes comenzaron a retroceder como la marea.
—¡Oh, no! El rey de las ratas está escapando. ¡Si perdemos esta oportunidad, la bestia será más difícil de matar la próxima vez! —Gritó Luo Yuan, girando los ojos. Si el rey de las ratas lograba escapar, fracasaría su misión.
—¡Vamos tras él! No debemos dejarlo escapar —la multitud lo oyó y se sintió arengada. Pero la gente pronto se dividió, solo un centenar los siguió mientras que el resto decidió quedarse atrás. Después de todo, no todo el mundo era ambicioso. La mayoría de la gente había venido solo para ganar algo sin tomar demasiados riesgos. Con tantos cadáveres de ratas mutantes tiradas era suficiente para que vivir una vida estable durante un tiempo.
Después de unos minutos lograron ver una rata gigante. Tal vez fue el reflejo de la luz de la Luna o debido a su pelaje característico, parecía blanca platinada. Su cuerpo tenía alrededor de un metro y medio de largo y su pelaje parecía más suave que el de las ratas normales. Su delgada cola colgaba en línea recta y se balanceaba ligeramente siguiendo los movimientos de su cuerpo. El animal parecía un rey elegante rodeado por un grupo de ratas mutantes que se retiraba sin prisa.
Los ojos de Luo Yuan resplandecían, el cuerpo de esta rata mutante no era tan grande comparándolo con la serpiente y el perro gigante, le parecía pequeño. Aparte de tener miles de ratas mutantes rodeándolo, lo que lo hacía un poco problemático, no era comparable a los animales de nivel azul que había visto.
—¿Tienen el coraje para intentarlo? —Preguntó Luo Yuan al equipo recién formado.
—Si no lo tuviéramos nos hubiéramos quedado en casa. ¿Para qué vendríamos a luchar desesperadamente aquí? Es morir de hambre por ser cobarde o morir por comer en exceso por ser atrevido. Vamos a morir por comer en exceso esta vez —respondió Huang Yaoguang. Podía ver que Luo Yuan, Chen Haiyan y los demás parecían tener un fuerte impulso de atacar. Aunque no sabía exactamente por qué, tenía que ser debido al valor del rey de las ratas. Recordó los rumores y su corazón de repente palpitó más rápido.
—Sí, claro. Deberían renunciar ahora si no quieren ir —después de que Chen Haiyan terminó su frase, miró a todos.
—Ya estamos aquí, ¿no sería una broma si nos retiramos ahora? Cuenta conmigo —dijo Qian Dakui bufando, rizando los labios y poniendo un extremo de su escudo en el suelo. Aunque su resistencia era buena, no era fácil llevar consigo un arma tan pesada.
—Jefe Zhou, ¿qué hay de ustedes tres? —Preguntó Chen Haiyan.
—No nos retiraremos, pero estoy más preocupado de que los demás traten de aprovecharse de nosotros. ¡Después de todo, no somos los únicos aquí! —Dijo el Jefe Zhou con una sonrisa, acariciando su pistola y mirando hacia a las personas cercanas.
A Luo Yuan no le importaba mucho, su objetivo era matar al rey de las ratas para completar la misión. Con cuántas personas dividirían la captura, solo importaría más tarde. Por supuesto, se alegraría de recibir más pero no importaba si recibía menos.
Él ya había decidido ir a los otros lugares para buscar organismos de nivel azul, no debería discutir con los otros por poca cosa. Además, si hubiera más personas, podrían compartir el riesgo y aumentar la probabilidad de completar la misión. Sin embargo, no podía decir todo eso en voz alta. Pensó durante un rato y dijo: —Tal vez podamos hablar con ellos y establecer algunas reglas. No creo que muchos se atrevan a ir.
—Yo lo haré, ¡conozco a los líderes de los grupos más grandes! —Dijo Chen Haiyan después de vacilar un momento.
—Claro, hazlo tú—dijo Luo Yuan indiferente. Podía ver que Chen Haiyan era una persona muy ambiciosa, muy proactivo y había estado en la posición de líder durante el camino. Sin embargo, no le molestaba a Luo Yuan, de hecho, era beneficioso si el hombre era más proactivo.
Eran cientos de ellos al enfrentarse a las miles de ratas mutantes y al rey, pero muchos dudaron como se esperaba. Solo cerca de cincuenta personas se quedaron y fueron divididos en tres equipos improvisados. Con el retraso, el grupo de ratas ya casi había cruzado una de las montañas de basura. Al verlas a punto de desaparecer, Luo Yuan estaba muy preocupado, pero no podía hacer nada.
Después de un tiempo, Chen Haiyan finalmente regresó. Miró hacia el frente y dijo rápidamente:
—No tenemos mucho tiempo, hablaremos en el camino —comenzó a correr y explicó rápidamente —: Los resultados de la discusión fueron los siguientes: tres equipos atacarán desde tres esquinas diferentes. El equipo que lo mate primero recibirá la mitad de la captura, los otros dos equipos se dividirán la otra mitad. ¡El beneficio de este arreglo es que todavía recibiremos algo incluso si no logramos matarlo!
—Eso es bueno. De lo contrario, podemos ser engañados incluso si matamos al rey de las ratas. Después de todo, los que puedan sobrevivir no son fáciles de tratar, harán cualquier cosa por un beneficio —dijo Qian Dakui moviendo la cabeza.
El vertedero era un desastre y un lugar cruel, parecía un mundo diferente comparado con la ordenada ciudad. Las vidas humanas no tenían ningún valor aquí. Había cientos de personas que morían o desaparecían todos los días, algunas asesinadas por ratas mutantes, otras por otras personas. Los cadáveres se convertirían en huesos incluso antes del amanecer. Las personas comían ratas mutantes, las ratas mutantes comían personas.
Si las especies terrestres no tuvieran estricta disciplina, su velocidad se reduciría al moverse en grupo. Después de unos diez minutos, el equipo logró alcanzarlas.
La pelea comenzó rápidamente. Después de un rato de combatir entre el grupo de ratas, de repente dejaron de moverse. Tal vez se dieron cuenta de que el número de sus enemigos se había reducido y, por lo tanto, era una buena oportunidad para atacar. Empezaron a acercárseles como una ola.
En ese momento, Luo Yuan sintió que la tensión aumentaba repentinamente. Se adelantó y retrocedió, se balanceó hacia la derecha y hacia la izquierda, agitó la Zhanmadao con la mano como un espejismo bajo la luz de la Luna. Las ratas mutantes que no temían a la muerte fueron cortadas por la intangible hoja tan pronto como saltaron hacia él. Se estaba defendiendo de los ataques de las ratas mutantes. Con su espada abrió camino entre el grupo de ratas. Era difícil caminar entre los cadáveres de ratas mutantes y el suelo salpicado con sangre fresca.
"Bip, un punto para la habilidad con el machete".
Luo Yuan no notó el mensaje, estaba concentrando únicamente en la pelea y su cuerpo irradiaba una respiración que hacía palpitar el corazón de la gente. Esta respiración también hacía temblar a las ratas mutantes que corrían y las hacía detenerse.
Pasó menos de un minuto y los miembros del equipo ya se redujeron. Como el jefe Zhou y los otros dos usaban armas, se quedaron atrás. Si solo fuera un pequeño grupo de ratas mutantes, hubieran estado a salvo, desafortunadamente, era un grupo grande de ratas y venían de todos lados.
Una rata mordió por detrás la pierna de uno de ellos, tan pronto como el hombre la mató, había otras dos ratas corriendo hacia él. Siguió disparando para matarlas en una ráfaga y luego se dio cuenta que había sido separado del equipo. Más ratas se aproximaban, solo pudo gritar una vez antes de ser devorado.
—¡Maldita sea! —El jefe Zhou quiso salvarlo pero era demasiado tarde. Maldijo y su rostro se puso sombrío. Luego le guiñó un ojo a su último seguidor y se juntaron con el equipo.
Huang Yaoguang y sus compañeros seguían firmes detrás de Luo Yuan, compartiendo la presión de Luo Yuan bloqueando a las ratas mutantes de ambos lados, pero pronto se hizo demasiado difícil continuar por las heridas de la pelea. Cuando Chen Haiyan y Qian Dakui vieron la situación, se unieron rápidamente y formaron un círculo de diez personas para bloquear los ataques de las ratas mutantes.
Luego, se oyeron disparos a lo lejos. El grupo de ratas se sorprendió y rápidamente cambiaron de dirección.
—¡Mierda! ¿Es el ejército? —Chen Haiyan se volteo para echar un vistazo y se sintió furioso. Apretó los dientes y dijo —: Si me entero quién les avisó, lo mato.
Unos diez soldados disparaban con rifles al grupo de ratas. Las ratas mutantes estaban rodeadas corrían hacia ellos, reduciendo el número de enemigos alrededor de Luo Yuan.
Buscó una oportunidad mirando y poniendo cara, finalmente suspiró decepcionado.
—Vamos, con estas personas aquí no podremos ni beber un poco de sopa. Nunca permitirán que ninguno de nosotros atrape animales mutantes.
—¿Vamos a irnos así? —preguntó Huang Yaoguang incrédulo, tocándose un brazo herido.
—¿Qué más podemos hacer? ¿Luchar con el ejército por comida? —Qian Dakui dejó salir su ira derribando a una rata mutante con su escudo y escupiendo con furia. Después de haber trabajado tan duro, ver a la presa casi conseguida ser arrebatada, haría estallar de ira a cualquiera.
[1] Cuchillo nepalés de gran porte, curvo, usado como herramienta y como arma. Era parte del arsenal del regimiento y del escudo de armas de los combatientes gurkha.