Ella había conocido a Tan Bengbeng por mucho tiempo. Tan Bengbeng no era buena para mentir, y nadie lo sabía mejor que ella.
—Bengbeng...
—Está bien, sabes que no me gustan las conversaciones emotivas. Ahora que estás consciente de todo, estoy dispuesta a echarte una mano si planeas buscar a tu hijo —Tan Bengbeng se acercó a ella y le pellizcó la cara.
Justo entonces, Tan Bengbeng pareció haber pensado en algo.
—¿Has pensado en contarle al Joven Amo Han sobre esto, ya que ahora estás en una relación con él? Si tienes conexiones con la Corporación Yu, ¡tal vez puedas tener la oportunidad de encontrar a tu hijo!
—...
Las palabras de Tan Bengbeng parecían haber golpeado el corazón de Nian Xiaomu.
Ella había querido decirle algo a Yu Yuehan, pero no se trataba de pedirle ayuda para buscar a su hijo.
Quería una explicación sobre por qué razón su hija estaba con él...