¡Luego de escuchar estas palabras, el Director Huang golpeó su cabeza en exasperación!
—Sí, ¡el techo!
¿Pero cómo iban a subir?
El Director Huang levantó su vista para mirar arriba de su cabeza.
Qin Mo frunció el ceño, aparentemente disgustado por el americano.
—Olvídalo si no puedes subir.
—¿Estas dudando de mi habilidad? ¡Muchacho horrible! ¡Voy a escalar en este preciso instante! No, ¿dónde estás exactamente? ¡¿Cómo sabes nuestra situación actual?!
Las preguntas del Director Huang vinieron desbordándose, demasiado para el interés de Qin Mo, por ende, colgó. Apoyó su mejilla en su mano, su dedo golpeando la mesa esporádicamente, sus ojos cerrados.
Vamos.
Déjame ver quién eres.
Adentro de Pure Color, los clientes de la pista de baile no tenían idea de qué había pasado mientras un enjambre de policías entró a empujones.
La policía empezó a dar golpes al techo. Era un desastre caótico.