*Clip-clop, clip-clop*
Los caballos aceleraron sus pasos mientras comenzaban a avanzar. A pesar de activar su Visión Espiritual y darse la vuelta, esperando observar a la dulce señorita, sus deseos no se hicieron realidad. Todo lo que sus ojos reflejaron fueron figuras marrones moviéndose.
Mientras tanto, los pasajeros de la parada ya habían abordado el carruaje. La puerta estaba cerrada mientras partía.
Dentro el carruaje, de veinte a treinta personas estaban sentadas muy de cerca, sus energías se superponían unas con otras. Por lo tanto, fue una explosión de colores para su visión, dificultándole diferenciarlas.
Sacudió su cabeza y levantó su dedo para tocar su glabela y desactivar su Visión Espiritual.
Para él, solo era un apoyo simple que podía prestar por haberse topado con la oportunidad. Sin embargo, si la perdía, y la situación no era especialmente clara, no había sentido en tomárselo tan enserio y retrasar sus propios asuntos.
Bañado bajo la luz lunar carmesí, caminó de vuelta a casa en la aún concurrida Calle Daffodil. Al regresar encontró a Melissa sentada a un lado da la mesa del comedor. Estaba ocupada haciendo su tarea bajo la luz de la lámpara de gas.
Mordió la pluma y frunció el ceño, parecía estar pensando a profundidad.
—¿Dónde está Benson? —preguntó de forma casual.
—Ah…—Melissa levantó la mirada. Se quedó en blanco por un par de segundos antes de decir—: Dijo que hoy fue a unos cuantos municipios y estaba cubierto en sudor. Está tomando un buen baño relajante.
—Muy bien.
Se rio.
De pronto, se dio cuenta que ella estaba usando un vestido que nunca antes le había visto.
Era de color totalmente beige. Tenía costuras a la moda. El collar y los bordes de su parte superior tenían volantes delgados. Aparte de eso, era un diseño más bien simple, el tipo que usas a diario como atuendo casual. Acentuaba totalmente la juventud de alguien de dieciséis o diecisiete años.
—¿Vestido nuevo? —preguntó con una sonrisa.
Fue una compra para la que él y Benson habían insistido.
Melissa respondió afirmando concisamente.
—Acabo de retirarla de casa de la Sra. Rochelle. Estaba pensando que como tenía que lavarla más tarde, mejor me lo probaba primero.
Más bien se confundió al escuchar eso.
—¿La Sra. Rochelle?
«¿No es ella nuestra antigua vecina?»
Melissa asintió y explicó con gran seriedad: —La Sra. Rochelle en realidad es una estilista, pero fue muy desafortunada. No tuvo otra opción más que coser y remendar ropas para otros en casa. Lleva una vida bastante ruda. Sabía que tenía muy buenas habilidades y el precio que da es más económico que una tienda de ropa para mujeres. Además, está muy bien hecho a mi figura, así que le pedí una nueva falda. Solo costó nueve solis con cinco peniques y le llevó unos pocos días. ¡Un vestido de estilo similar cuesta tres tercios de libra en la Tienda Harrods!
«Que chica tan ahorradora… Hermanita, sé que al menos la mitad de la razón es por tu lastima hacia la Sra. Rochelle…»
No le reprochó por decidir cosas por sí misma. En su lugar, dijo con una sonrisa: —¿Cuándo fuiste a Harrods?
Eso era en la Calle Howes, cerca del Club de Adivinación. Era un lugar donde la clase media compraba.
—…—Melissa estuvo sin saber que decir por un momento. Le tomo un largo rato antes de decir—: Fueron Selena y Elizabeth. Insistieron en que las acompañase. En realidad, bueno, en verdad, prefiero más los engranajes. Me gustan los lugares con vapor y maquinaria. Sí.
—Es bastante, bueno y genial que una chica vaya de compras ocasionalmente a tiendas.
Se rio mientras confortaba a su hermana.
Después de una charla ociosa, caminó energético al segundo piso, esperando lavar los repulsivos olores mezclados del bar.
Justo cuando estaba por regresar a su habitación y cambiarse la ropa, de pronto escuchó sonidos prevenientes del baño cercano al balcón.
Unos segundos después, Benson salió mientras secaba su reducida cabellara.
—¿Cómo estaba? ¿Elogiaste el nuevo vestido de Melissa?
Le lanzó una mirada y preguntó con una sonrisa.
—Supongo que lo olvide. Todo lo que hice fue preguntar dónde fue hecho…—pensó por un momento mientras decía.
Benson de inmediato rio con satisfacción y sacudió su cabeza.
—Que inadecuado para un hermano mayor. Cuando Melissa recibió el vestido, no pudo dejarlo. Después de apresurarse a cocinar y lavar los platos, de inmediato se colocó el vestido y se ha reusado a quitárselo desde entonces.
«…¿No estaba planeando cambiárselo después de bañarse? Puede lavar y almidonar la ropa mientras lo hace…»
Refutó subconscientemente la explicación que Melissa le dio.
—Tsk —Benson suspiró—. Ha estado hirviendo los últimos días. Estuvo ocupada en la cocina por un largo tiempo, así que creo que se sentirá mucho mejor haciendo su tarea después de un baño.
«Es cierto…»
De repente comprendió mientras le daba a su hermano una sonrisa de entendimiento.
«Con que ese eres el tipo de persona que eres, Melissa… No hay nada malo en que una chica se preocupe por su apariencia. No hay necesidad de encontrar excusas…»
Antes de caminar a su habitación, las comisuras de su boca se arquearon mientras sacudía su cabeza con gentileza.
Mientras se estaba bañando, escuchó el vago sonido de golpes a la puerta abajo. Inmediatamente se preguntó.
«¿No viene el trabajador encargado de recolectar las monedas para el medidor de gas solo una vez cada dos semanas?»
«¿Podría ser la Sra. Shaud? No puede ser. Se dice que esa señora se rige estrictamente por las etiquetas de la sociedad de clase media. No visitaría a un tiempo inapropiado.»
En su estupor, secó su cuerpo. Vistiendo viejos, pero confortables, pantalones y camisa, bajó las escaleras.
Supervisó el área pero no notó ningún extraño. Preguntó: —¿Había alguien en la puerta justo ahora?
Benson, quien estaba leyendo el periódico, dijo con una sonrisa: —Era Bitsch Mountbatten, uno de los policías encargados de la Calle Cruz de Hierro. Preguntó si habíamos visto a un chico de diecinueve o dieciocho años que tiene una cara redonda. Je, incluso nos dio un retrato para identificarlo. Desafortunadamente, ninguno de nosotros lo ha visto o hubieseamos recibido una recompensa. ¿Qué hay de ti?
—Nop.
Tenía una idea general de lo que estaba ocurriendo.
El Instigador Tris había escapado con éxito del Bar Dragón Maligno en el puerto. Había huido a las cercanías de la Calle Cruz de Hierro y la Calle Daffodil por lo tanto, la policía estaba realizando visitas de puerta en puerta.
¡Y al llegar a ese punto significaba que la operación para atrapar al Instigador había fallado por completo!
No se preocupó con la situación. Aun no comenzaba su entrenamiento de combate. Solo tenía la maestría básica de disparo, por lo que considerar lidiar con un 'Asesino' natural, simplemente era usar su vida como broma.
No durmió bien esa noche. Seguía preocupado, pensando que el Instigador se infiltraría en su casa para ocultarse, causando otra masacre.
Afortunadamente, la Calle Daffodil estuvo tranquila toda la noche, con los rayos del sol matutino dispersando toda la neblina.
El tranquilo Klein se cambió a un traje formal, se colocó su sombrero, sostuvo su bastón y se fue todo el camino hasta la Calle Zouteland. Saludó a Rozanne en la recepción.
—Buenos días, Klein —respondió Rozanne con alegría. Suprimió su voz y dijo—: ¡Escuché que la gran operación de anoche falló!
—¿La operación para atrapar al Instigador Tris? —preguntó con curiosidad.
—¡Sí! —asintió con fuerza. Lanzó una mirada a la partición y dijo—: Aparentemente un informante de los Verdugos Encargados descubrió al Instigador en el puerto… Estaban planeando esperar por la llegada de Beyonders adicionales y otro escuadrón de Operaciones Especiales de la policía antes de iniciar la operación para hacer el acto sin alarmar a los civiles. Desafortunadamente, ese Instigador era extremamente perspicaz. Se arrojó fuera del rodeo cuando se percató de algo inusual, escapando con éxito como resultado.
—En esos momentos, necesitan un Beyonder con habilidades de rastreo, tal como yo —hizo una broma.
—No faltaron rastreadores en ese momento —sonó la voz de Dunn Smith.
Rozanne giró su cabeza abruptamente y vio al capitán usando su usual impermeable negro. Estaba mirándola fijo, con su par de ojos grises mientras se recostaba en la pared.
Se apresuró a levantar sus manos para cubrir su boca. Entonces, sacudió su cabeza incesantemente, expresando su fútil inocencia.
Dunn giró su mirada a Klein y, después de pensar un poco, dijo: —Había un total de seis Beyonders de los Verdugos Encargados, la Maquinaria de Hivemind y nosotros, Halcones Nocturnos. Rastreamos a Tris herido hasta la Calle baja de Cruz de Hierro. Encontramos su residencia temporal, pero allí terminaron las pistas. Ya fuesen métodos de Beyonders o investigadores ordinarios, nada funcionó. Fue como si se hubiese evaporado en el aire, desapareciendo por completo.
—¿Necesitas mi ayuda con una adivinación? —preguntó.
Dunn sacudió su cabeza con gentileza.
—La Maquinaria de Hivemind tenía a un Inquisidor Misterioso. Es un Beyonder antiguo tan bueno como el Viejo Neil. Incluso sospecho que ya está en la 8ª Secuencia. Solo que no sé cuál es el nombre de la poción correspondiente.
—La herencia de la Orden Teosófica debe tener algo especial —consoló.
El resto de la mañana continuó con su currículo de misticismo, leyó información histórica, documentos y practicó varias técnicas como siempre.
Con la aproximación de la hora del almuerzo, su mente comenzó a vagar.
Unos cuantos minutos después, al haber escuchado las invocaciones de su estómago, hizo a un lado los documentos.
En ese momento, Dunn entró a la oficina. Dijo de forma profunda pero amable: —Klein, sígueme a la Puerta de Chanis. El Artefacto Sellado 2-049 ha llegado. La siguiente operación puede requerir que percibas ese cuaderno.
—…Muy bien.
Se levantó y contestó.
Sus pensamientos se dispersaron. Imaginó como luciría el Artefacto Sellado o si la operación sería peligrosa.
Aún en su tenso silencio, siguió a Dunn por las escaleras hasta el interior del túnel.
Después de ir directo a la intersección, de pronto Dunn se detuvo y volteó su cabeza, diciendo con firmeza: —Haz ésta acción conmigo. Continúa haciéndola y no te detengas en lo absoluto. Recuerda, no te detengas en lo absoluto. ¡Es por tu propia seguridad!
Mientras hablaba, contrajo y estiró su brazo. Repitió esa acción sin detenerse.
Observó desconcertado al capitán demostrando la acción. De pronto comprendió y preguntó: —¿Eso tiene que ver con la particularidad del Artefacto Sellado?
—Sí—asintió con seriedad anormal—. Repetir tal acción nos permitirá descubrir de inmediato si algo te pasa. Salvarte de inmediato no resultará en ninguna amenaza a tu vida.
—Bien.
No desistió más y comenzó a repetir la acción de contraer y estirar su brazo.
—Si tu brazo se cansa, usa el otro —añadió Dunn.
«El Artefacto Sellado '2-049' en verdad es raro…¿Qué significado tiene esta acción? Parece muy peligrosa…»
Esos pensamientos pasaron por su mente mientras miraba con solemnidad al capitán.
—Muy bien.
Tenía muchas preguntas en su mente, pero como la Puerta de Chanis estaba a la vista, no tenía más opción que lidiar con ellas.
«Además, con mi permiso de seguridad, probablemente no conoceré los detalles. Solo puedo hacer lo que me ordenan…»
Exhaló mientras seguía al Capitán Dunn a la habitación del Guardián afuera de la Puerta de Chanis.