Los generales recibieron un conjunto de formaciones, luego se fueron. Como Ning no tenía su propia finca en el planeta Piedranublada, el Señor de la Estrella Piedranublada organizó un alojamiento especial para él.
La finca que se le dio a Ning tenía aproximadamente cien kilómetros de tamaño que alguna vez estuvo llena de jardines y piscinas, pero todas esas cosas habían desaparecido al establecerse un campo de entrenamiento militar.
Una multitud de Dioses Antiguos estaban parados en el campo mirando a Ning.
—General.
—¡Nueve capitanes! —gritó Ning.
—¡Presentes!
Al instante, nueve Dioses Antiguos Escala de Oro respondieron al llamado de Ning.
—Cada uno de ustedes comandará un total de 110 Dioses Antiguos. Pasen algún tiempo conociendo esta formación para que puedan tener un mejor control sobre ella —dijo Ning y agitó su mano, causando que nueve discos dorados volaran hacia los nueve capitanes.