El lazo parecía bastante normal, pero cuando Xiangliu Fang lo golpeó con su mano maciza y oscura como una nube, con esos dedos gigantes y serpentinos, el lazo pasó a través de él. La mano del gigante Dios Demonio no fue dañada en lo más mínimo. Era como si el lazo negro estuviera compuesto de un tipo diferente de fuerza, como si fuera ilusorio.
—¿Qué es esto? —preguntó Xiangliu Fang completamente pasmado.
«Mátalo». Los ojos de Flamajoven Nong estaban llenos de un deseo asesino, hasta que de pronto miró con asombro el lazo negro que había aparecido. Se veía aparentemente ordinario, pero causó que tanto Flamajoven Nong como Xiangliu Fang se pusieran muy nerviosos, ya que no tenían idea de qué clase de tesoro era.