—¡Esa es la daga voladora de mi padre! —dijo Zhou Shanyue con un resoplido frío, mirando la hoja negra que se cernía sobre la cabeza de Chen Fan.
—Es un regalo de mi Maestro —respondió Chen Fan, con expresión fría.
Inmediatamente, la expresión de Zhou Shanyue se ensombreció. Él sacudió su manga y comenzó a moverse hacia Chen Fan.
—Asumir la responsabilidad es simple —dijo mientras caminaba hacia adelante—. Quiero ambos de sus ojos. Veamos si te atreves a tratar de matarme. Si lo haces, tienes mi respeto. ¿Pero cómo vas a explicar eso a tu Maestro, mi padre?
La expresión de Meng Hao fue la misma de siempre. Él miró con calma mientras la escena se desarrollaba. Frente a él, Chen Fan miraba fríamente a Zhou Shanyue que se acercaba. Levantó su mano derecha, y la daga voladora comenzó a brillar de inmediato. Todo parecía listo para disolverse en el caos. Zhou Shanyue avanzó, una expresión salvaje cubriendo su rostro.