Había bestias mágicas dentro y fuera de la Ciudad de Fenlai. Incontables números de bestias mágicas. Esa ciudad la cual había estado celebrando el Festival Yulan número 10000 ahora se encontraba en el día del Apocalipsis. Muertes estaban pasando constantemente, y la población de esa Capital Santa, la Ciudad de Fenlai, estaba cayendo a una velocidad terrorífica.
Tanto los más altos cargos del Templo Radiante como los comuneros estaban huyendo por sus vidas.
—¡Rápido, rápido, dejen de holgazanear! —rugió furiosamente el Duque Bonalt. En ese momento, al Duque Bonalt no le importaba un comino su 'rey'. Él solo lideró a su propia familia fuera de la mansión del Duque, junto con diez de sus más poderosos guardias, huyendo inmediatamente hacia las afueras de la ciudad. La única cosa que tenía consigo eran unas pocas tarjetas de cristal mágicas.
¡Ellos estaban huyendo por sus vidas!
—Padre, vamos a rescatar a Nessa.
Alegó el hijo del Duque Bonalt, Albert.