—Dios, ¿quieres algo de comer? —el administrador de Samsara estaba agotado mientras se acostaba en el sofá. Después de escuchar su estómago gruñir un par de veces, pensó en cenar.
—¡Oh, claro! —respondió indiferente Ye Xiu. Al mismo tiempo, se escuchaban sonidos provenientes de un teclado.
¡¿Hm?! ¿Qué es eso?
El administrador de Samsara de repente se dio cuenta de algo. Esta era claramente su oficina. ¿Por qué estoy sentado en el sofá de invitado, mientras el invitado está sentado en mi silla y usa mi computadora?
¿Está usando mi computadora?
Él esta usando mi computadora
El administrador de Samsara de repente se levantó de un salto. ¿Cómo podría su computadora ser utilizada así por un extraño? ¡Había secretos del club almacenados dentro! Se acercó y se dirigió a su computadora. Cuando miró, casi se desmayó.