El pobre Tirador Perspicaz quería mostrar su poder frente a las bellezas, pero sus esfuerzos solo resultaron en ser aplastados por ellas. Después de escuchar al comentarista decir que las dos se habían separado, se negó a darse por vencido y, mientras subía de nuevo, gritó:
—¡Qué sinvergüenzas! ¿Incluso se aliaron?
La multitud rio. Los comentaristas incluso habían revisado las reglas y explicado:
—Uh, las reglas nunca hablaron de esto... Pero puesto que no se habla de ello, eso significa que debería estar bien.
Todos los que estaban viendo, podían entender la escena con mucha claridad. Nadie simpatizaba con él. Todos lo miraban con regocijo mientras las dos bellezas lo aplastaban y aplaudían repetidamente.