Tang Chuan no contestó, todo lo que hizo fue señalar la habitación de arriba.
Wei Liao subió despacio hacia la habitación del señor en el segundo piso. La puerta estaba abierta, y Su Yu estaba tirado en la alfombra del piso... Su camisa blanca estaba completamente desabotonada lo que dejaba al descubierto todo su torso. En una mano sostenía con fuerza una caja de brocado negra y en la otra sostenía una copa de vino. El vino tinto estaba desparramado por todo el piso... Wei Liao se sintió mal al ver a su amigo así.
—Yu, yo...
—No tienes que decir nada. Entiendo todo lo que hay que entender, pero aún así estoy muy triste —dijo Su Yu con la voz ronca.