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—¡Si, gemelos! Me siento como en un sueño, se siente tan irreal. ¡Me pregunto si Qin Chu se desmayaría de felicidad si se enterara! —Huo Mian rió en voz alta, se veía como una niña pequeña que no podía ocultar su felicidad.
Sin embargo, su brillante sonrisa se sentía como un láser que apuntaba directo al corazón de Rick.
Su Yu se levantó y echó un vistazo. Su corazón también latía mientras la miraba sonreír. Luego volteó, sacó un cigarrillo y lo colocó en su boca.
—Joven Señor Su, no puede fumar en el hospital —le recordó con amabilidad una enfermera.
Su Yu escuchó y puso el cigarrillo apagado detrás de su oreja con un suave movimiento.
La enfermera se acercó tímidamente y preguntó: —Joven Señor Su, ¿la chica de la habitación es amiga suya?
—Sí.
—Es muy amable. Nunca nos dice qué hacer e intenta hacer todo ella misma. También tiene un gran conocimiento sobre medicina.
—Claro, es doctora —Su Yu mostró una sonrisa amarga.