Al oír eso, Su Yu asintió.
—Lo sé, Qin Chu es un oponente respetable. Cuando nuestras compañías competían, él no usaba ningún método despreciable en mi contra. Me gusta la gente abierta y sencilla. Ganar y perder no es tan importante como la personalidad de una persona. Los humanos nos diferenciamos de los animales en que podemos sentir los siete sentimientos y los seis deseos. Tenemos misericordia y compasión en nuestros corazones. Por otra parte, los animales actúan sin escrúpulos solo para alcanzar sus metas.
—Soy la única debilidad de Qin Chu, una debilidad por la que podría llegar a morir. Por lo tanto, si no lo ayudo en un momento como este, nadie lo hará. Puedo soportar que digan cientos de cosas sobre mí, pero ninguna sobre él —dijo Huo Mian mientras levantaba la copa y sonreía.