Roland cerró el cuaderno y suspiró suavemente.
La llegada de numerosas brujas de la Isla Durmiente, sin duda, inculcaría a la industria de Siempreinvierno una vitalidad inconmensurable, sin embargo... unos cuantos problemas intrigantes yacían frente a él.
El más difícil, por ejemplo, el tema del pago.
Esas brujas pertenecían a Hechizo Durmiente. Teóricamente, estaban bajo el liderazgo de Tilly, por lo que si estaban dispuestas a ser empleadas dependía totalmente de ellas mismas. Aunque la actitud de Tilly había mejorado mucho, todavía era difícil para él respaldar su promesa anterior y hacer uso de su conexión con Tilly para impulsar a las brujas hacia adelante.
Eso quería decir que la planificación de la posición de cada bruja en su cuaderno eran sólo sus intenciones para cada una. Hasta qué punto se podían realizar esas intenciones dependía de la cantidad de brujas que estuvieran dispuestas a unirse a los grupos de producción.