—Bueno... ¿esto cuenta como Alto Despertar? —preguntó el príncipe.
Agatha no supo qué decir por un momento. Lo que quedaba en su cerebro era, ¿cómo podría ser esto?
La Ciudad Santa había sido olvidada, y la Unión había sido destruida. No había ningún lugar para que las brujas recibieran entrenamiento y orientación, por lo que era lógico que las habilidades de las brujas disminuyeran. Pero, ¿qué acaba de ver? Una bruja recién madurada había recibido dos promociones. Esto no puede ser explicado por la suerte. Después de todo, incluso en la Unión, el hogar de los genios, una bruja como esta era todavía muy rara.
Además, si ella escuchó correctamente (su derecha le sirve sólo para la memoria, no para los ojos o los oídos), había tres más de ellas que tenían el mismo talento que Anna.
Agatha miró al hombre de cabello gris inmóvil. Pasó un tiempo antes de que ella pudiera recuperarse.