—¿Atarte las dos manos? ¿Más justo? —Xiao Qin trastabilló, y casi se desmayó en el acto.
¿Estás sugiriendo que sólo sería una pelea justa contra mí después de atarte las dos manos?¡¿No me estás subestimando demasiado?!Yo, un poderoso experto en la cumbre de wanto 1-dan, te estoy desafiando a una pelea, y sin embargo, ¿crees que sólo sería rival para ti si estuvieras atado de manos?
Un dolor agudo asaltó el pecho de Xiao Qin, haciéndole sentir como si fuera a chorrear sangre en cualquier momento.
—¡Si crees que serás capaz de resistir mis ataques, haz lo que quieras! —Xiao Qin apretó su mandíbula tan fuerte que sus dientes estaban a punto de astillarse, pero también sabía que no tenía sentido enfadarse.
Así, respiró hondo para calmar su estado de ánimo antes de atacar.