Silvus los observaba marcharse pensando sobre sus conversaciones con ellos.
«No tiene buen aspecto», se dijo a sí mismo Silvus.
Todo este tiempo, cuando le hacía todas aquellas preguntas a Asher, su verdadera intención era evaluar la personalidad del joven cuyo talento era simplemente monstruoso.
Silvus había vivido lo suficiente como para entender la personalidad de las personas con sólo hablar con ellas.
Pero nunca había visto a alguien como Asher en su vida.
El hecho de poder mantenerse tranquilo y compuesto a pesar de estar en su presencia era algo que Silvus no creía que Asher pudiera hacer.
Incluso Alyssa y Amelia se vieron afectadas por la imponente presencia que inundaba toda la habitación.
Aunque Alyssa no reaccionó tanto como Asher, era visible que estaba siendo afectada por la presencia de Silvus al igual que Amelia.
Solo era Asher, quien no mostraba ninguna reacción, ni siquiera un atisbo de titubeo mientras conversaba con Silvus.