Amelie firmó otro documento más y lo colocó encima del delgado montón que tenía que entregar a su asistente al final del día. Parecía que estaba aún más ocupada ahora que había terminado el evento benéfico que cuando se estaba preparando para él.
Su viejo teléfono móvil vibró con una notificación de mensaje, lo que hizo que Amelie lo revisara enseguida.
—Buenas tardes, Señorita Ashford. ¿Le gustaría dar un paseo conmigo y con el Capitán Pantalones en el jardín del hotel? —fue el mensaje que apareció en la pantalla.
Amelie no pudo evitar sonreír. Miró la hora en su reloj de pulsera y soltó un suspiro. Había estado tan ocupada con todo el papeleo de la junta que incluso tenía que trabajar durante los fines de semana. Dar un corto paseo así no era una mala idea para hacer un poco de ejercicio y despejar su mente.
—Sí, nos vemos allí en diez minutos. —Su respuesta fue rápida y concisa.