—¡Eres terca! Muñeca esto te hará sentir muy drogada, ¡no todo el mundo puede probarlo! —agarró su mandíbula bruscamente y la forzó a abrir la boca.
Ella estaba cerrando la boca con firmeza pero el hombre era muy fuerte. Lu miró como le metía la pastilla en su boca.
El hombre le dio una bofetada en la boca antes de que ella pudiera escupir la pastilla y la tragó.
Lu Zhaoyang lo miró con cautela. Todo su cuerpo se tensó.
—¡Jaja! ¡Veremos cuanto tiempo puedes luchar contra eso!
Cinco minutos más tarde su cara comenzaba a ponerse roja lentamente. Mientras se sacaban los cinturones, disfrutaban de la transformación que estaba ocurriendo dentro de ella.
—Esa es una dosis fuerte. ¡No podrás luchar contra ella por siempre así que entrégate a nosotros!
Los hombres ya se había quitados los cinturones y tenían los pantalones colgando holgadamente de sus cinturas.