—¡Cherry!
—¡Princesa Lucy!
Las dos niñas se llamaron mutuamente y se precipitaron la una hacia la otra. Los adultos que se interponían entre ellas se apartaron uno tras otro y les abrieron paso.
Así, a la vista de todos los presentes, las dos niñas se encontraron por fin.
A una distancia de diez centímetros, las dos se detuvieron. Ambas se levantaron la falda y se saludaron con elegancia, ¡sus movimientos eran muy regios y hermosos! Además, los movimientos de Cherry y de la princesa Lucy eran prácticamente idénticos.
Cuando terminaron, las dos niñas se tomaron de la mano y empezaron a dar saltos de alegría.
—Querida Lucy, ¿por qué estás aquí? —preguntó Cherry.
La princesa Lucy respondió: —¡Porque te he echado de menos, mi mejor amiga!
Cherry se rió con fuerza, con una voz clara y nítida.