Aunque Cherry, que estaba en brazos de Justin, se había visto obligada a pasar por una «sesión de padre e hija» conocida como lección de la Olimpiada Matemática la noche anterior, seguía estando muy emocionada por poder saltarse abiertamente la clase de ese día.
Sus grandes y redondos ojos giraron mientras miraba a su alrededor. Con su joven y tierna voz, preguntó: —¿Te ha preparado esto mamá?
Justin respondió: —Sí, creo que sí. Si la señora Smith me propone matrimonio más tarde, ¿debo aceptarlo o rechazarlo?
Cherry se quedó mirando a su apestoso papá con signos de interrogación en la cabeza, pensando que debía de haberse dejado el coeficiente intelectual en casa.
«¿Por qué mamá haría algo tan inútil como esto? Si tuviera tiempo para preparar todo esto, ¡sin duda preferiría dormir un poco más!», pensó.
Las comisuras de los labios de Cherry tuvieron un espasmo mientras respondía: —Te estás imaginando cosas, papá.